TENIS
¿Qué le pasa a Carlos Alcaraz?
Lo que le hace daño a Carlos Alcaraz
No es el mismo, desde luego que no lo es. Carlos Alcaraz Garfia no es aquel chaval que apuntaba alto en el mundo del tenis cuando apenas tenía 16 años y, por invitación, debutaba como profesional enfrentándose, y ganando, a Albert Ramos en el ATP 500 de Río de Janeiro en febrero de 2020. Por contextualizar, eso ocurrió antes de que la pandemia del coronavirus marcara todas nuestras vidas... y también la de Carlos, un chico que tenía sueños y que sigue teniéndolos por mucho que ya haya ganado 13 títulos del circuito -entre ellos los Grand Slam de Estados Unidos y Wimbledon- y haya sido el número 1 del mundo, el más joven de la historia del tenis.
En esos más de cuatro años cambiaron muchas cosas y este chaval de El Palmar se ha hecho mayor a base de triunfos y de decepciones, más de las últimas de un tiempò a esta parte, pero siempre aspirando a más e ilusionando a quienes le siguen y le admiran.
Desnaturalizado
"Necesito descanso para recuperarme y poder jugar sin dolor al 100%"
la sonrisa de Carlos no es tan habitual pero es que quién al que le duele algo muestra felicidad.
El mayor blindaje del que es objeto, seguramente necesario en ocasiones, pueden hacer pensar a algunos que ya no es el de antes aunque siga siendo un joven a simple vista normal, de los que cuando está en Murcia queda con sus amigos y va a cenar a La Boca Te Lía del centro de ocio ZigZag al alcance de cualquiera que comparta local con él por mucho que dos días después esté departiendo con el Rey de España, Felipe VI, en el Palacio Real de El Pardo.
Las inevitables comparaciones con Rafa Nadal desde que empezó a escucharse su nombre seguramente tampoco le hayan ayudado porque el mallorquín, quien fue y sigue siendo ídolo del murciano, lo ha sido todo en el mundo del tenis y del deporte y el listón no puede estar más alto para alguien que empieza.
No es el mismo pero la esencia sí y ahora se trata de recuperar la sonrisa.