MURCIA. La ciudad de Murcia avanzará en la creación de una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) con el objetivo de reducir la contaminación y fomentar la movilidad sostenible. La medida, que limitará progresivamente el acceso a vehículos contaminantes y contempla la peatonalización de calles céntricas, se enfrenta a plazos muy ajustados: quedan apenas dos meses para finalizar el plazo previsto de implementación, lo que dificulta poner en marcha todas las actuaciones previstas de manera inmediata.

Algunas vías de la ciudad, como Alfonso X El Sabio y Trapería, ya cuentan con peatonalización y se han convertido en espacios muy apreciados por vecinos y visitantes. La transformación de estas calles incluye mobiliario urbano, vegetación y pavimentos de colores claros, reduciendo la temperatura, mejorando el confort ambiental y potenciando el comercio local.

En las calles donde se mantenga la circulación, se aplicarán medidas de calmado de tráfico, como pasos sobreelevados o estrechamiento de carriles, para aumentar la seguridad y desincentivar el uso del vehículo privado en el centro. 

Aparcamientos disuasorios en la periferia

Para compensar la reducción de plazas de aparcamiento y facilitar la movilidad de quienes no disponen de transporte público cercano se crearán aparcamientos disuasorios en la periferia, conectados con transporte público, carriles bici y sistemas de movilidad compartida. Este modelo ya se ha probado con éxito en otras ciudades, como Madrid, donde los parkings disuasorios son gratuitos si se usa el transporte público para continuar el desplazamiento.

De manera complementaria, también se reorganizarán las plazas de aparcamiento en superficie dentro del centro urbano, priorizando aquellas zonas alejadas de las calles más transitadas y fomentando que el estacionamiento de vehículos se concentre en áreas estratégicas que ayuden a mantener la fluidez del tráfico y a reducir la congestión en el corazón de la ciudad.

El Nodo Plaza Circular, que conecta los barrios de Santa María de Gracia, Vistalegre, La Fama y San Miguel, se considera un área estratégica para implementar estas medidas. Se recopilarán datos de tráfico y comportamientos ciudadanos para ajustar las limitaciones y mejorar la fluidez, la seguridad y la calidad del aire en esta zona de alta densidad urbana y comercial.

El PMUS señala que la implantación de la ZBE requerirá un refuerzo normativo y tecnológico, con el objetivo de garantizar que la transición hacia una movilidad más sostenible se haga de manera ordenada y progresiva. En septiembre, el Pleno del Ayuntamiento aprobó la propuesta alternativa del PP con 15 votos a favor frente a la oposición de PSOE y Vox, decisión que abre la puerta a la limitación progresiva del tráfico contaminante y a la peatonalización de determinadas calles.

Mientras el equipo de Gobierno asegura que las medidas se aplicarán gradualmente, el PSOE denuncia la falta de información sobre los detalles del proyecto, una preocupación que se acentúa ante los plazos muy ajustados antes de final de año, por lo que todavía queda por ver qué actuaciones podrán ejecutarse realmente en el tiempo previsto.