MURCIA. La industria alimentaria se consolida como uno de los grandes motores económicos de la Región de Murcia. Este sector genera más de 90.000 empleos —entre directos, indirectos e inducidos— y aporta 4.318 millones de euros al PIB regional, lo que equivale al 11% de la economía murciana y al 14% del empleo total. Además, representa el 32% de la facturación manufacturera y el 36% del empleo industrial, situando a la Región como la cuarta comunidad con mayor peso industrial, con un 17% del total de su economía vinculado a la actividad agroalimentaria.
Estos datos se recogen en el informe “La industria alimentaria en la Región de Murcia: impacto socioeconómico, tendencias y retos de futuro”, elaborado por PwC para la Agrupación de Industrias Alimentarias de Murcia (Agrupal) y presentado este martes por la consejera de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Sara Rubira, junto al presidente de Agrupal, José García Gómez. El estudio analiza por primera vez el alcance económico y social del sector, clave en la creación de empleo y en la proyección exterior de la economía murciana.
Más allá de su peso económico, el informe destaca que la industria alimentaria murciana es también la más dinámica del conjunto manufacturero regional, gracias a su capacidad exportadora, la diversificación de productos y su papel estratégico en la transformación de materias primas agrícolas y ganaderas.
Retos del sector
El documento también pone el foco en los principales retos del sector. Entre ellos, la adaptación a nuevas demandas alimentarias, como el auge de las proteínas vegetales, la nutrición personalizada y los productos más saludables. Para avanzar en esta dirección, las empresas deben apostar por la innovación tecnológica y la formación de personal cualificado, algo que, según Agrupal, sigue siendo una asignatura pendiente: cada vez resulta más difícil encontrar profesionales con perfiles tecnológicos en la industria alimentaria.
El informe también destaca que el sector debe avanzar en sostenibilidad y digitalización para seguir siendo competitivo, sobre todo en un contexto de creciente expansión hacia mercados internacionales como Asia y Oriente Medio. No obstante, la escasez de grandes empresas dificulta que la industria pueda afrontar las inversiones necesarias para dar ese salto tecnológico y ambiental.
El agua, un desafío estructural
A estos desafíos se suma un problema clave para la Región: el agua. Aunque las lluvias se mantienen estables, la menor disponibilidad de recursos hídricos del Trasvase Tajo-Segura pone en riesgo el futuro de la agricultura y, con ella, el de la industria agroalimentaria.
Según explica el informe, a partir de 2027, entrarán en vigor las nuevas reglas de explotación del Trasvase, que aumentan los caudales ecológicos del Tajo, reduciendo así el agua disponible para regadío y para las empresas que dependen de este recurso.
La Región de Murcia, marcada por un clima semiárido, bajas precipitaciones y embalses en mínimos, afronta una de las mayores escaseces hídricas de España, un factor que condiciona directamente la competitividad y sostenibilidad futura de su principal motor industrial.