MURCIA. Esta casa centenaria a los pies de El Valle tiene historia. Tiene un pasado, pero sobre todo tiene un futuro. Porque se ha reinventado para hacer realidad el sueño de una pareja que aspiraba a tener una vivienda con jardín propio, donde poder reunir a sus tres hijos ya mayores y a sus familias. Para ello contaron con el arquitecto y artista Juan Antonio (Pencho) Sánchez Morales, quien junto al arquitecto Joaquín García Vicente se encargó de este proyecto de reforma y ampliación en la que fue la primera urbanización que se creó en esta área (y puede que en toda Murcia); en una zona privilegiada de arbolado a los pies de El Valle. Como colaboradores en la dirección de obra han participado los arquitectos Pablo Pérez Pellicer y Sara Agulló Palma.
Uno de los objetivos de la reforma fue devolverle la esencia tradicional a la edificación original sobre una ladera, que conserva la personalidad de esas primeras casas de las urbanizaciones en el monte, de arquitectura sencilla pero significativa; al tiempo que sorprende con su interior claro, espacioso y luminoso, donde lo pasado y lo actual se fusionan. El bloque adosado –que parece que siempre estuvo ahí- presenta una celosía que dialoga con el entorno, siendo una alberca la que comunica ambos espacios arquitectónicos. Asimismo, el jardín anhelado se ha convertido en un trozo de monte para disfrute de esta familia.

- Casa en El Valle -
- Foto: DAVID FRUTOS
La ampliación se ha llevado a cabo en la parte de detrás, con un pabellón que se convierte en una especie de hotelito para los hijos, con habitaciones bien dotadas y con baño para que puedan tener su privacidad. Una intimidad que se acentúa con la celosía que cubre la fachada, un elemento que resulta muy decorativo y que responde a la esencia de las construcciones de la zona, teniendo una fabricación artesanal y muy singular. La conexión entre ambas construcciones, la original y el adosado, se lleva a cabo a través de una pequeña alberca, pensada para que en ella se pueda hacer ejercicio además de proporcionar un encanto añadido al conjunto arquitectónico.
Finalmente, aunque fue el principio de este sueño arquitectónico, el jardín está formado por las especies autóctonas de la zona y los pinos históricos que allí habitaban y que se han conservado, de tal forma que esta pareja cuenta con su propio trocito de monte como había anhelado para disfrutar de la etapa de la vida en la que se encuentra en compañía de su familia.

- Casa en El Valle -
- Foto: DAVID FRUTOS