MURCIA. Murcia ha dado un paso pionero en la protección de su paisaje más emblemático: la huerta y su red tradicional de acequias. Por primera vez en España, un ayuntamiento aprueba una ordenanza pensada exclusivamente para cuidar un sistema de riego histórico, único en Europa por su valor cultural, ambiental y social.

El alcalde, José Ballesta, acompañado por el concejal de Planificación Urbanística, Huerta y Medio Ambiente, Antonio Navarro, ha presentado este miércoles la normativa durante una visita a la acequia Benetúcer, en Llano de Brujas. Allí pudieron ver cómo ya se ha aplicado en una intervención que ha devuelto a este cauce su aspecto natural, con materiales tradicionales y vegetación autóctona.

Cuidar el agua y el paisaje

La ordenanza establece cómo deben ser a partir de ahora las actuaciones en las acequias, brazales, hijuelas o azarbes. Se trata de obras pensadas no solo para mantenerlas en buen estado, sino también para integrarlas mejor en el entorno y preservar la biodiversidad.

Por ejemplo, no se permitirá entubar ni tapar los canales protegidos, y se fomentará la plantación de moreras, almeces y plátanos de sombra para mantener el arbolado tradicional. También se cuidarán los puentes, compuertas y partidores históricos, y se instalará señalización con los nombres originales de cada canal para que vecinos y visitantes conozcan su historia.

Además, la norma anima a las comunidades de regantes a colaborar en la recuperación de tramos que hoy están ocultos bajo el cemento, especialmente en zonas rurales. Allí se intentará devolverles su forma original, con lechos naturales, pequeñas pozas para la fauna y sin bloques de hormigón.

En las zonas más urbanas, los canales estarán protegidos con barandillas que armonicen con el entorno y puentes discretos que eviten romper el paisaje. De hecho, la ordenanza limita el tamaño y la frecuencia de estos pasos para que no resten protagonismo al cauce.

La nueva ordenanza ya tiene su primer ejemplo práctico en la intervención de la acequia Benetúcer, en Llano de Brujas, que ilustra cómo se pretende cuidar y conservar la red tradicional de riego. En este cauce, tras un rediseño consensuado, se consolidaron los márgenes con muros de piedra caliza, se mantuvo el lecho natural y se repuso el arbolado con especies autóctonas, además de conservar los olmos existentes. Todo el trabajo se realizó con materiales tradicionales y con especial atención a la integración paisajística y la preservación de elementos históricos como partidores y compuertas.