MURCIA. Torre Pacheco, un municipio preeminentemente agrícola habitado por más de 40.000 vecinos, el sexto más poblado de la Región de Murcia, se ha convertido en el epicentro del debate público de la inmigración. El Gobierno de España, las principales voces políticas del país y la agenda mediática depositan su atención sobre esta localidad del Campo de Cartagena inmersa en un clima de tensión y violencia que se desató tras la agresión de tres jóvenes a una persona de 68 años cuando el pasado miércoles salía a caminar. El ataque, por un macabro juego viral, derivó en tres noches con altercados y peleas en las calles a manos de ultras, procedentes de fuera de la ciudad, convocados en las redes sociales mediante las llamadas "cacerías" y aplacados por los antidisturbios y las fuerzas de Seguridad. El último balance policial arroja diez detenidos (cinco españoles y tres extranjeros; se desconoce la nacionalidad del décimo); tres de ellos, los presuntos implicados en la paliza al anciano.
"Es un episodio bastante descorazonador, al que hay que entender por una multitud de factores determinados que han permitido que pase", analiza a preguntas de Murcia Plaza Andrés Ballesteros, vocal del Colegio de Ciencia Política y Sociología de la Región. "Certifica lo que muchos sondeos llevan avisando desde hace meses: la inseguridad y la inmigración ya son dos de los problemas que cada vez más ciudadanos perciben en sus municipios. Y cuando los analistas de los partidos políticos observan este tipo de tendencias es bastante común que comiencen a utilizarlas para posicionar su agenda, ya sea teniendo una visión concreta del fenómeno o la contraria".
La inmigración vuelve a adueñarse de los titulares gruesos. Incluso el presidente del Gobierno se ha pronunciado: "Lo que estamos viendo en Torre Pacheco nos interpela a todos", enfatizó en la red social X (antes Twitter). "El racismo es incompatible con la democracia. Debemos alzar la voz, actuar con firmeza y defender los valores que nos unen. España es un país de derechos, no de odio", escribió Pedro Sánchez. El Gobierno central, con su ministro del Interior a la cabeza, Fernando Grande-Marlaska, culpa a Vox de los incidentes. Su líder, Santiago Abascal niega cualquier responsabilidad y evita condenar las denominadas ‘cacerías’, aunque sí reprocha con énfasis la "caza a mayores" e insiste en que los ataques violentos son "consecuencia de la inmigración ilegal".

- Agentes de Policía Local y Guardia Civil durante los altercados en Torre Pacheco. Foto: Martín C. / EUROPA PRESS
En el fondo de la cuestión, según reflexiona el experto, "existe un malestar evidente hacia la forma en que la inmigración ha permeado a la vida social los municipios, especialmente durante la última década". Este malestar, examina, "ha sido enarbolado por unos actores políticos (principalmente Vox, Se acabó la fiesta, Frente Obrero y otros) y ha sido negado o repudiado por otros (prácticamente la izquierda nacional y autonómica al completo) ". A su juicio, "esta última negación provoca un sentimiento de orfandad en muchos ciudadanos, que piden soluciones políticas, pero reciben rechazo o incluso desprecio, derivando en un fenómeno de reafirmación de la opinión que previamente se tenía e incluso radicalizando esa misma opinión. Estos dos grandes bloques se han posicionado en torno a dos marcos determinados: ‘la afrenta y la injusticia’ en los bloques conservadores, y el ‘antiracismo y antifascismo’ en los bloques progresistas". En definitiva, son "marcos que generan una cámara de eco constante que retroalimentan opiniones de forma estanca. No hay prácticamente transferencia de opiniones entre los bloques, sino que se busca la información que reafirma nuestra opinión previa".
Vox ha sido otro de los protagonistas. Especialmente por las palabras de José Ángel Antelo pronunciadas el pasado sábado en Torre Pacheco, en plena tormenta. El líder regional de Vox, que se desplazó hasta la zona para encabezar un acto llamado 'Defiéndete de la inseguridad', hizo un llamamiento para "deportar a todos" los inmigrantes ilegales. "No queremos gente así en nuestras calles ni en nuestro país. Les vamos a deportar a todos: no va a quedar ni uno. En España se viene a trabajar y a generar riqueza, no a delinquir ni a sembrar el terror". Sus declaraciones han traído cola. El PSOE le ha denunciado ante la Fiscalía por un supuesto delito de odio y Podemos prepara acciones legales contra los dirigentes de Vox.

- José Ángel Antelo, en Torre Pacheco. -
- Foto: EP
El discurso de Antelo, en realidad, no es nuevo, porque es el mismo mensaje que lleva repitiendo muchos años; pero cobra especial relevancia por el contexto de los hechos que sucedieron este fin de semana. Por estas mismas fechas del pasado verano, Vox dejó el Gobierno regional precisamente con el pretexto de "no colaborar" con la inmigración ilegal. Desde entonces, libre de responsabilidades ejecutivas (al menos en las comunidades, pues en los municipios sí forma parte de una decena de coaliciones locales), ha enarbolado esa bandera. "Vox ha sabido colocar una línea roja con este tema", sostiene el politólogo. "Ha aprendido de los errores de Podemos y Ciudadanos cuando entraron en gobiernos a cambio de pocos amagos de romper coaliciones, pues priorizaron seguir impulsando medidas en tanto el PP o el PSOE se lo permitieran", añade. "Esta línea roja le llevó a hacer un movimiento muy arriesgado saliendo de gobiernos autonómicos y, en menor medida, locales; el resultado de momento es más que positivo para ellos", considera, convencido de que sus apoyos no bajarán mientras la inseguridad y la inmigración sigan posicionándose como problemas cada vez más importantes para la ciudadanía.
Además, prosigue el politólogo, hay un factor interno clave en esa formación: "Vox ha vivido un proceso interno relativamente convulso en el último lustro. Muchas de sus facciones internas han abandonado el proyecto, principalmente las que tenían más que ver con la defensa del liberalismo económico y ponían el enfoque en la gestión económica del Gobierno. En cambio, los actores más destacados hoy del partido pertenecen a otro corte y, por tanto, posicionan otro tipo de temas como principales en su agenda. La identidad nacional, su búsqueda de la preservación en el futuro y la mejora de las condiciones de los autóctonos son sus grandes buques insignia. No es algo puramente español, sino que esta tipología ya ha sido explorada en Europa anteriormente, hasta el punto que la ciencia política la ha llegado a nombrar como nativismo". Por todo ello. "Vox es conocedor de que debe enarbolar esta bandera concreta con todas las consecuencias, puesto que actualmente es el propio leitmotiv del partido, es su razón de existir y es el elemento que más les permite diferenciarse de su competidor en su nicho: el Partido Popular. Algo que en el marketing electoral es clave".
La pugna de la derecha en Torre Pacheco
El municipio, hoy gobernado por el PP en minoría, es uno de los territorios fetiches de Vox en la Región. Fue el partido más votado en las elecciones generales de 2019, aquellas en las Vox dio la campanada al lograr la victoria en la circunscripción de Murcia. Su respaldo se redujo con los años, pero se mantiene hoy. En las últimas generales de 2023, fue el segundo más apoyado, con el 26% de los votos (3.838), tras el PP, que obtuvo el 44% (6.488) Un mes antes, en las municipales consiguió 4 ediles (el 18%; 2.602), la mitad que los populares (34%; 4.814) y dos menos que los independientes (30%; 4.179); y fue el segundo más votado en las listas autonómicas, con el 26% (3.616) por delante del PSOE (20%, 2.730), sólo superado por el PP (5.940, 43%).
La derecha libra una fuerte pugna en Torre Pacheco. "Es una de las localidades de la Región más escorada hacia la derecha, un dato que certifican muchos sondeos de opinión realizados desde hace lustros en el municipio. Por tanto, es geográficamente una de las grandes representaciones del fenómeno ‘perdedores de la globalización’ en la Región de Murcia, fenómeno que conforma una de las piedras angulares sobre las que pivotan los nuevos populismos radicales que han tenido cierto éxito en Europa durante la última década", detalla Ballesteros.

- Reunión entre el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, y el alcalde de Torre Pacheco, Pedro Ángel Roca -
- Foto: CARM
El PP y su posición
El Gobierno regional se ha visto en una apretada tesitura. Su presidente, que el sábado se reunió de urgencia con el alcalde del municipio y las fuerzas de Seguridad, pedía este lunes a Marlaska que envíe "todos los medios necesarios" para "acabar con los episodios de violencia" en Torre Pacheco. Para el PP, no es fácil este debate. "Sin duda es el partido que más complicado tiene posicionarse. Debe hacer malabares para conseguir no descontentar al nicho de votantes más moderados que ha conseguido en detrimento del PSOE a raíz de sus pactos con grupos más a la izquierda, ni tampoco a los grupos de votantes más conservadores que pueden decantarse por Vox en un momento determinado. Todo ello con el agravante de gobernar muchas comunidades y muchos municipios, como la propia Región, que son recibidores de inmigración, y de tener además que mostrarse como “presidenciable” teniendo en cuenta las recientes encuestas que casi certifican su hipotética llegada a Moncloa".
De hecho, Torre Pacheco es uno de los municipios de la Región “donde más porcentaje de población inmigrante vive todo el año” (alrededor del 30% del censo tiene origen extranjero), la mayoría provenientes del norte de África. "Este hecho se puede entender por el gran arraigo que el municipio tiene hacia el sector primario: una parte importantísima de la economía local depende directa o indirectamente del campo y del Trasvase Tajo-Segura", señala el politólogo.

- Calles tranquilas este lunes en el barrio de San Antonio de Torre Pacheco. -
- Foto: EFE / MORELL
La inmigración y las estadísticas
¿Es peligroso vincular la inmigración con la delincuencia? “Este es uno de los temas más candentes y que más ampollas levanta cuando aterrizamos el discurso político a nivel ciudadanía media, y eso es por algo", puntualiza. "Existen dos posiciones enfrentadas que son muy mayoritarias y que, además, son casi irreconciliables. O se está a favor de la inmigración y se es abierto con todo lo que respecta a su inclusión en el día a día, o se está en contra y, por tanto, se piden deportaciones masivas. Apenas existen posiciones entremedias". En su opinión, “no existe una respuesta que se pueda dar desde un punto de vista neutral, porque todo depende siempre del enfoque con el que se quiera tratar un fenómeno como este". Por ejemplo, "los postulados a favor de la inmigración siempre van de la mano de la economía (“realizan trabajos que los españoles no quieren hacer”), y los que van en contra siempre se identifican con la delincuencia. Esos son marcos y enfoques concretos que se usan diariamente en el debate, pero podrían ser otros perfectamente y podrían ser peligrosos ambos igualmente".

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- Fuente: INE
En cualquier caso, tal y como desglosa el INE (Instituto Nacional de Estadística), en 2023 (último año con datos actualizados), de los 13.236 delitos cometidos (con condena en curso) en la Región, 9.237 tenían la nacionalidad española mientras que 1.885 eran de origen africano y 1.573 procedían de América. En este primer trimestre de 2025, el balance de criminalidad del Ministerio del Interior, que no aclara la nacionalidad del presunto delincuente, recoge 443 infracciones penales en Torre Pacheco de un total de 17.390 en las poblaciones de la Región con más de 20.000 habitantes. Es la séptima con más casos pese a ser la sexta más poblada. Aunque es un 4,1% más que en el mismo periodo de hace un año, el cuarto mayor repunte de la Región.
Son tiempos convulsos, con unas reglas de juego que han cambiado, a merced de las redes sociales, influyendo en los debates y las reflexiones. “El ataque al vecino podría haber pasado desapercibido como muchos pasan cada día, pero que tuvo un gran impacto gracias a la famosa fotografía”, subraya Ballesteros. "Una imagen vale más que mil palabras, decían antes, pero desde la llegada de TikTok y Twitter ahora una imagen vale más que millones de palabras". Y la política lo sabe.