El Ayuntamiento de San Javier ha puesto en marcha una batería de actuaciones en varios puntos de La Manga del Mar Menor con un objetivo claro: combatir el efecto isla de calor que se intensifica cada verano en esta franja de tierra. Las obras, financiadas por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea —el instrumento creado tras la pandemia para impulsar la transición ecológica y la adaptación climática— supondrán una inversión cercana a los 156.624,9 euros. Las temperaturas extremas de los últimos años han terminado de acelerar una intervención que el municipio ya veía como urgente.
La iniciativa se enmarca dentro del Plan Territorial de Sostenibilidad Turística en Destino (PSTD) de la Región de Murcia, concretamente en el subproyecto San Javier Mirando al Mar, que busca mejorar la habitabilidad y la adaptación climática de los espacios más expuestos.
En La Manga, el fenómeno del Efecto Isla de Calor (EIC) se agudiza por su particular configuración: una lengua de tierra densamente urbanizada, rodeada de agua y con una altísima presencia de superficies impermeables como asfalto, hormigón o cubiertas oscuras. Estos materiales absorben y retienen la radiación solar, elevando la temperatura del entorno. A ello se suma la escasez de vegetación capaz de generar sombra o refrescar el ambiente mediante evapotranspiración. El clima mediterráneo semiárido —veranos cada vez más largos, con una insolación intensa— termina de disparar ese exceso térmico.
El resultado es un escenario en el que residentes y turistas sufren temperaturas notablemente más altas que en zonas naturales cercanas. Este estrés térmico aumenta el consumo energético para climatizar viviendas y locales, incrementa las emisiones de CO₂ y añade presión a unos ecosistemas costeros ya frágiles. También afecta directamente a la salud pública durante las olas de calor. De ahí que la mitigación del EIC se haya convertido en una prioridad climática.
La actuación prevista consiste en transformar varias parcelas actualmente vacías de La Manga en espacios públicos diseñados para mejorar el confort y reducir las temperaturas. El proyecto contempla el uso de pavimentos con menor absorción térmica, la plantación de arbolado autóctono, la instalación de pérgolas y otros elementos de sombra, así como la recuperación de suelo urbano para el disfrute ciudadano. Con este planteamiento, el Ayuntamiento busca mitigar el efecto isla de calor mediante soluciones basadas en la naturaleza y materiales sostenibles; recuperar y revalorizar parcelas sin uso integrándolas en la trama urbana; incrementar la presencia de vegetación y sombra con arbolado autóctono y estructuras de sombreado; mejorar el confort térmico y la habitabilidad de los espacios públicos, especialmente en los periodos de altas temperaturas; y reforzar la resiliencia climática del núcleo urbano a través de un rediseño adaptado al cambio climático.