MADRID (EP). La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica la actividad física como una forma de mantener la función cognitiva. De hecho, practicar ejercicio de manera regular puede proteger contra el deterioro cognitivo a medida que envejecemos, aunque este efecto protector puede disminuir en las personas que no duermen lo suficiente, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la University College de Londres.
La investigación, publicada en la revista científica The Lancet Healthy Longevity, analizó la función cognitiva durante 10 años en 8.958 personas mayores de 50 años en Inglaterra.
El equipo de investigadores estudió cómo las distintas combinaciones de hábitos de sueño y actividad física podían afectar a la función cognitiva de las personas a lo largo del tiempo.
Descubrieron que las personas más activas físicamente pero que dormían poco (menos de seis horas de media) sufrían un deterioro cognitivo más rápido en general, lo que significa que al cabo de 10 años su función cognitiva era equivalente a la de sus compañeros que realizaban menos actividad física.