CARTAGENA. Kike Sarasola y sus míticos hoteles Room Mate, el Hard Rock Hotel de Madrid, la textil lowcost Shanna, los míticos hotel Flamingo y Riudor de Benidorm, el estadio Butarque de Leganés, el hotel Pez Espada de Torremolinos, la marca hostelera Peppe Fusco en Madrid, las franquicias Gambrinus y Lizarrán, el hotel Alfonso XIII de Cartagena, la zona Bussines FCC del estadio Cartagonova o el proyecto hostelero Alviento ubicado en el puerto de Cartagena son una pequeña muestra del trabajo que, a lo largo de los últimos, años está llevando a cabo una empresa cartagenera capaz de exportar la funcionalidad y la estética al resto del mundo.
La arquitectura, el interiorismo y la construcción han dejado su sello en más de 70 países en un proyecto que ha tratado de conjugar el amor y el mimo por el oficio con la tecnología 4.0, sin tratar de perder nunca el gusto por la estética y la funcionalidad, dos de los argumentos que siempre esgrime la firma dirigida por Salvador Bernal, director general de Talasur desde su fundación en 1995.
Después de 22 años la firma cartagenera, que ahora cuenta con una plantilla de 140 trabajadores, el 70% de Cartagena, ha dado un salto cualitativo y cuantitativo en sus trabajos para posicionarse entre los primeros en la parrilla de salida en el panorama nacional en el sector, principalmente de la rehabilitación hotelera y residencial, aunque han sido capaces de adaptarse a otros sectores como la hostelería o a proyectos tan variopintos como la rehabilitación del estadio del Leganés, la reforma de estancias para uso de los trabajadores de la multinacional Ilboc o la restauración de una casa-faro en la Región de Murcia.