MURCIA. Mujeres sabias, una masía maldita y cuatro siglos de la historia de una familia que se cuenta a través de quienes la recuerdan. Alrededor de la masía se encuentra el bosque, que ahora abraza el relato pero en el pasado pudo haber estado lleno de demonios y fantasmas, que merodeantes siempre han acechado a las historias que ahora se cuentan y que no se han liberado aún del miedo. Historias que vuelven a la vida a través de las mujeres y gracias a los textos de Irene Solà, quien en las reimagina y que crea a su vez nuevas "leyendas" para sus lectores.
Todos estos relatos se esconden en Te di ojos y miraste las tinieblas, su esperadísimo tercer libro tras el éxito de Los diques (su primera novela) y Canto yo y la montaña baila. En todos estos libros celebra el arte de contar historias y la importancia que tienen a la hora de explicar el mundo que nos rodea, algo que para ella es materia de estudio y clave para crear: “Para mi es muy interesante emplear el folclore para escribir, los cuentos hablan de maneras de ver, de ser y de pensar que hemos heredado. Hablan de las piedras llevamos en la mochila que hemos heredado y me interesa trabajar con estos materiales”.
