Murcia Plaza

la entidad rompió la fusión con bbva para no diluirse

González-Bueno se sincera: "O recortaba un 22% la plantilla o la marca Sabadell desaparecía

  • César González-Bueno y Josep Oliu durante la junta de accionistas de este jueves. Fotos: RAFA MOLINA

ALICANTE. Susto o muerte. Fue el trance por el que pasó a finales de 2020 el Banco Sabadell, cuando trascendió que había comenzado los contactos con el BBVA para estudiar la que habría sido la última gran fusión de la banca española tras la protagonizada por CaixaBank y Bankia. Pero tan rápido como comenzaron los contactos, terminaron. Concretamente, diez días después de anunciarlos, a finales de noviembre. Poco después llegaba César González-Bueno como consejero delegado, para tomar el relevo de Jaime Guardiola, quien había liderado la travesía en el desierto de los últimos años.

Este jueves, en la junta de accionistas del banco que aprobó las cuentas y la gestión del consejo en 2021, el nuevo CEO se sinceró sobre la ruptura de aquellas conversaciones y sobre la controvertida salida de 1.600 empleados del banco tras el ERE aprobado a finales del año pasado, que ha reducido la plantilla en un 22% y ha permitido cerrar el 25% de las oficinas de la red. Y, sobre todo, sobre la relación causa-efecto entre ambas.

González-Bueno desveló que "cuando llegué al banco, veníamos de una situación crítica, en la que estuvimos a punto de vernos inmersos en una fusión que habría supuesto la desaparición de la marca Sabadell". Es decir, admitía que la negociación no fue de tu a tu, sino fruto de la debilidad de la entidad con sede en Alicante en aquellos momentos, y que la ruptura la decidió la parte alicantina para no 'desaparecer', como le ha sucedido a Bankia con CaixaBank (o a la CAM con el mismo Sabadell).

La entidad, con 140 años de historia que se cumplen este año, y una década desde que absorbió la histórica caja de ahorros de Alicante, quería preservarse, y se empeñó en seguir en solitario. La consecuencia lógica era mejorar esos números que ponían en peligro su continuidad ante el castigo de los mercados. "Nos veían con unos costes muy altos y unos ingresos bajos", explicó el consejero delegado. Si no había fusión, había que mejorar esas cifras en solitario, y la solución adoptada es sobradamente conocida: echar al 22% de la plantilla para ahorrar 130 millones de euros anuales en costes.

Recibe toda la actualidad
Murcia Plaza

Recibe toda la actualidad de Murcia Plaza en tu correo