MURCIA. Si hay algo de lo que puede presumir la Región de Murcia es de sus playas vírgenes, esos rincones en los que apenas encontrarás servicios, pero sí calas completamente paradisíacas. Alejadas del bullicio, solo se dejan descubrir tras senderos de piedra o largas caminatas, lo que las convierte en tesoros poco concurridos con vistas que bien merecen el esfuerzo.

Cala Cerrada

Enclavada en Cabo Tiñoso, se esconde la playa de Cala Cerrada en las inmediaciones de La Azohía (Cartagena). El sendero que lleva hasta ella parte de esta pequeña población y bordea la antigua torre defensiva de Santa Elena, del siglo XVI. A partir de ahí, comienza el ascenso entre lomas y barrancos, por un camino bien señalizado de piedra y marcas senderistas, mientras se abren unas vistas cada vez más amplias.

Este tesoro natural de la Región se mantiene prácticamente virgen, y su difícil acceso queda en segundo plano ante todo lo que encierra: un paraje casi desértico donde habitan aves como el búho real, tortugas, camaleones o murciélagos. Bajo el agua, los amantes del buceo descubrirán un auténtico paraíso, pues el fondo está recubierto de un extenso jardín de posidonia que sirve de refugio a una gran variedad de especies marinas.

Cala de los Dentoles o Cala Dorada

El Parque Regional de Calblanque, una de las joyas naturales de la Región de Murcia, alberga playas y pequeñas calas de arena fina, todas en un estado casi virgen. Entre ellas destaca la Cala de los Déntoles —también conocida como Cala Dorada—, a la que se accede por una senda que parte de la playa de Las Cañas. El recorrido, algo más exigente y con ciertos desniveles, ofrece espectaculares vistas panorámicas de las montañas y la costa, y convierte la caminata en parte del atractivo.

Esta pequeña cala apenas cuenta con 50 metros de playa y no tiene ningún servicio cerca, pero desde esta cala se observa el mirador de Punta Negra, las dunas y la belleza del Parque Regional de Calblanque, que es Espacio Natural Protegido desde 1987.

Cala Desnuda

Esta pequeña cala, situada en la bahía de Mazarrón, destaca por sus aguas cristalinas. Se encuentra dentro de un Espacio Natural Protegido de difícil acceso, tanto que el aparcamiento más cercano queda bastante alejado, por lo que se recomienda no cargar con demasiado peso. Con apenas 30 metros de longitud, esta playa de arena gris y piedra es ideal para observar los fondos marinos, realmente espectaculares.

Al estar tan escondida, suele estar prácticamente vacía y, como es de esperar, no cuenta con servicios ni equipamientos cercanos. Es un lugar perfecto para quienes buscan desconectar y disfrutar de la paz que ofrece un entorno de naturaleza virgen.

Cala Blanca

A los pies de un acantilado, en el entorno del Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre (Lorca), se encuentra una de las calas más singulares de esta costa poco transitada. De aguas turquesas, con cuevas naturales y cantos rodados, este rincón es parte de un recorrido que atraviesa una sucesión de calas y pequeñas playas espectaculares, siendo Cala Blanca la más destacada del conjunto.

En esta zona, algunas cuevas están comunicadas entre sí por galerías interiores, lo que añade un toque de aventura al paseo. En la ruta también se encuentran otras calas aisladas como Cala Leña o la playa de Los Hierros. Como en otras calas de la zona, este entorno virgen carece de servicios, lo que se traduce en muy poca afluencia y una mayor calma en plena naturaleza.

Cala de Calnegre 

En el entorno natural de Puntas de Calnegre, a unos 3 kilómetros del núcleo rural de Calnegre y Los Curas, se extiende un tramo de costa prácticamente virgen de 11 kilómetros, en el que se combinan playas salvajes, senderos y aguas cristalinas.

La zona cuenta con una playa principal, conocida como “Playa Grande”, que en verano dispone de servicios básicos y vigilancia, lo que la hace ideal para pasar el día en familia o con amigos. Muy cerca de allí, siguiendo un acceso desde la carretera RM-D21, se encuentra Cala Calnegre, un rincón más pequeño y resguardado entre rocas.

Esta cala ofrece un entorno más tranquilo y cuenta con un pequeño chiringuito en los meses estivales. Gracias a sus aguas claras y fondo rocoso, es también un lugar perfecto para practicar snorkel y disfrutar de la vida marina en un entorno natural y protegido.