MURCIA. Las raíces, los recuerdos, el paso del tiempo, la metamorfosis, el papel vertebrador de la mujer, el renacer y la transcendencia. Todo estos conceptos están presentes en la exposición Hierofanía 2.0 que el artista  Antonio Tapia (Murcia, 1965) ha inaugurado este martes en la sala Ángel Imbernón del Museo Cristo de la Sangre de Murcia (C/Sacerdotes Hermanos Cerón), donde podrá visitarse hasta el 27 de octubre. Comisariada por el profesor de la Universidad de Murcia, poeta y crítico de arte Pedro Alberto Cruz, la muestra propone "una reflexión sensible y accesible sobre la memoria, que es aquello que nos construye y nos une, y al mismo tiempo nos recuerda su fragilidad". Así lo ha explorado a través del arte Antonio Tapia a raíz del Alzheimer que padeció su madre, una figura muy presente en la obra del artista al encarnar determinados valores representados y generar los interrogantes metafísicos a los que el artista busca responder.

Pintura, escultura, instalación y vídeo se dan cita en esta exposición que huye de lo convencional, con figuras inscritas en marcos cuyas formas, hexagonales o redondeadas representan también un mensaje del paso del tiempo y del renacimiento. "La inquietante presencia de raíces que se adentran en las paredes de la sala habla de la necesidad de volver a lo primigenio, al origen, a la tierra", describen desde el comisariado de la muestra. Asimismo, "el ambiente luminoso específicamente creado consigue tanto un equilibrio entre figuración y abstracción como un diálogo entre lo material y lo inmaterial, donde la geometría y la luz refuerzan la dimensión poética y simbólica de la propuesta artística, un recorrido poético y visual sobre cómo nacen, se transmiten y se desvanecen los recuerdos".

Así, la exposición, que encadena cinco series que se entrelazan en un discurso continuo, "propone una reflexión estética sobre la transformación impuesta por la sucesión de las etapas de la vida, integrando referentes científicos y filosóficos en un lenguaje plástico cargado de resonancias simbólicas".

Por un lado, en la serie Arraigo, las raíces evocan los orígenes vitales y la conexión con lo natural. Eternas, que reúne en geometría hexagonal cinco generaciones de la línea materna del autor, celebra a la madre y a la mujer como transmisoras de valores, conocimiento y sensibilidad, situando su figura en el centro del ciclo de la vida, haciendo visibles las ausencias alrededor. Con Hierofanía 2.0, se ahonda en la contribución de la inteligencia artificial para la recuperación de la memoria perdida. Engrama, por otra parte, muestra la fragilidad del recuerdo a través de la imagen de una sonrisa que se descompone con el paso del tiempo, evocando la experiencia del Alzheimer. Finalmente, Silencio representa la desaparición de la conexión neuronal y la presencia luminosa de lo que permanece más allá de lo físico.

El término ‘hierofanía’ representa “la manifestación de lo sagrado en una realidad ordinaria o profana”, un concepto acuñado por el filósofo rumano Mircea Eliade; y en palabras de Antonio Tapia, es "la percepción de algo superior que se deja sentir sobre nuestra realidad, tomar conciencia de que hay algo más que condiciona nuestra existencia".

Sobre el artista

Antonio Tapia comenzó su andadura artística en el año 1999, abordando en su obra temáticas como el tiempo, la sociedad, la memoria y la imaginación con una retórica personal cercana al realismo mágico. En 2007, un infarto redirige su trabajo hacia una introspección en torno a la psicología de Jung y sus arquetipos.

De reconocida trayectoria son colecciones como Heridas del tiempo, Intrusos o Guardianes de sueños, además de desfilar por multitud de espacios de la Región. En paralelo a estas propuestas, ha participado en importantes exposiciones colectivas en los ámbitos nacional e internacional, en países como Francia, Italia, Suecia, Suiza y Estados Unidos, entre otros.

Su cuidada técnica también se observa en exposiciones como Las edades de la vida. El viaje de Deméter, Mazarrón (2017), donde combina pintura, escultura y videoinstalación, proyecto multidisciplinar centrado en la enfermedad degenerativa de su madre, y que será el germen de la posterior Emociones cautivas, MURAM, Cartagena (2019) y que junto a Engrama: emociones y memoria cierra  el proyecto sobre el Alzheimer y el cerebro en el Palacio Almudí, Murcia en 2023.