MURCIA. "Un paisaje audiovisual de pulso hipnótico y brutalismo electrónico". Así definen desde el Centro de Cultura Contemporáneo La Cárcel Vieja de Murcia la instalación PULSE del colectivo NOIZX, que se podrá visitar -o mejor dicho, experimentar- hasta el 17 de enero en el espacio que antaño fue una prisión. La niebla que recibe al visitante en la planta baja ya avisa de que este proyecto ofrece algo distinto al visitante, que debe prepararse para "una experimentación sonora electrónica y de materialidad visual, concebida como un dispositivo de impacto directo".
Luces, sonidos, pantallas, reflexiones... confluyen en esta propuesta que, según añaden las mismas fuentes de la Cárcel Vieja, "cruza electrónica minimal, densidad noise y una arquitectura de imagen que coquetea con lo infinito: capas, repetición, vibración y un 'pulso' que no acompaña; gobierna".
Asimismo, en PULSE "se plantea el colectivo como espacio en sí mismo: no solo un grupo, sino una sala mental compartida donde convergen proyectos conjuntos de cualquier disciplina, especialmente desde las artes visuales. El resultado es una especie de 'noise chapel' contemporánea, una capilla laica de frecuencias, texturas y materia, en la que la disonancia cognitiva se trabaja como lenguaje y no como accidente. Hay abstracción expresionista, destellos de realismo barroco, deriva surrealista y un art brut que no busca explicación: busca cuerpo".
En este proyecto instalativo participan MT2, Delamor, María López, Cognitive Dissonance, Alecs Egor y Henga, "en un ensamblaje que mezcla procedimientos y sensibilidades para construir una pieza total: hipnótica, física y frontal, a la altura del carácter crudo y contundente del propio edificio".