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Un historiador recrea con IA cómo sería Murcia "si no se hubieran cargado su patrimonio": este es el espectacular (y doloroso) resultado

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MURCIA. El historiador murciano Alberto Barcelona lleva poquito tiempo viviendo en la ciudad que él, curiosamente, lleva por apellido, donde ha conseguido su plaza de profesor. Quizá por nostalgia -confiesa que aún se está adaptando a vivir en su nuevo destino-, este fuentealamero que estudió Historia en Murcia, donde estuvo trabajando hasta 2024, ha decidido celebrar en la distancia el 1.200 aniversario de la fundación de Madinat Mursiya por Abderramán II. Eso sí, lo ha hecho a su manera: "Murcia cumple 1.200 años y he querido conmemorarlo como mejor se me ocurre: jugando con la Inteligencia Artificial a imaginar cómo sería la ciudad si no se la hubiesen cargado. ¿Fantasía? Puede, pero también llamada de atención a los políticos, porque no cuidar nuestro patrimonio es no tenen futuro".

De esta forma, Alberto Barcelona ha creado un hilo en la red social X (@HistoryViews) mostrando las recreaciones que ha realizado con IA partiendo de imágenes antiguas, grabados y documentos, al tiempo que presenta cada uno de los monumentos perdidos y ofrece un breve resumen de su historia y de cómo desaparecieron.

Comienza con "un clasicazo" de destrucción del patrimonio murciano como son los Baños Árabes de Madre Dios, que a pesar de ser "declarados Monumento Nacional en 1931, fueron demolidos en 1953 por orden del alcalde Domingo de la Villa (un espabilao) para abrir la Gran Vía". Más suerte ha tenido -añade- el Alcázar Menor (Al-Qasr al-Sagir), del siglo XIII y ligado a Ibn Hud, porque "aunque gran parte se perdió, sí ha habido un esfuerzo por recuperar y restaurar parte del conjunto. Hoy acoge el Museo de Arte Islámico (Museo de Santa Clara). Merece la pena la visita. De verdad". Destaca al respecto el esfuerzo notable que se ha hecho por recuperar los arcos de las naves y muestra la reconstrucción de uno de ellos muy ornamentado, sin descartar que el espacio original pudiera ser más austero ("que la IA a veces se flipa", avisa).

  • Alcázar Mayor (Iglesia de San Juan de Dios) -

Siguiendo con la herencia musulmana que se ha perdido en gran parte, Alberto Barcelona se detiene en el otro Alcázar, el Mayor (Al-Qasr al-Kebir), del siglo XII. "Pese a su destrucción casi total, se ha hecho un esfuerzo notable por recuperar el miḥrāb del pequeño oratorio real. Hoy lo puedes ver en el museo de la Iglesia de San Juan de Dios", indica.

"Otra de nuestras punzadas en el corazón: el Castillejo de Monteagudo (Qasr Ibn Sa'd), de siglo XII, obra de Ibn Mardanīsh. Particulares lo utilizaron como balsa o huerto, en fin... Por suerte, el recinto inferior ya está restaurado y el resto esperemos que en 3-4 años...", comenta este profe de Historia, quien apunta que "el Castillo de Monteagudo no ha tenido la misma suerte. Aún sin financiación, sigue en ruinas. Pese a pertenecer al Estado desde 1931, las autoridades llevan décadas sin mover un dedo (o han hecho lo mínimo). El resultado: un monumento en estado lamentable y en riesgo de colapso. 

¿Una Giralda en Murcia?

  • Torre del Caramajul -

Pero, ¿y si Murcia hubiera tenido su particular Giralda? Es mucho imaginar, pero la ciudad contó con "la llamada Torre del Caramajul (Qasr al‑Kāmāshūl, siglo XIII), que fue demolida en 1786 a fuerza de barrenos y de acero. Solo sobreviven grabados del siglo XVI y algunas monedas medievales donde aparece. Aquí, la fantasía ha sido esencial para reconstruirla", advierte Alberto Barcelona.

Por otra parte, el Contraste de la Seda, construido entre 1601 y 1608, fue demolido en 1933. "Otro de los grandes atentados contra el patrimonio en la historia de Murcia. He añadido la arquería superior aunque no aparece en las fotos, porque sí figura en algunos grabados y representaciones", explica el historiador, que también se detiene en "uno de los grandes desconocidos del patrimonio murciano: el claustro del convento de la Trinidad, fundado en el siglo XVI y demolido en 1945. En la fachada del Museo de Bellas Artes, se han reutilizado sus columnas. ¿Os imagináis poder visitarlo hoy, en pleno centro?".

El Palacio del Huerto de las Bombas, obra barroca de finales del XVII o principios del XVIII, fue demolido en los años setenta. "Solo nos queda el arco de la fachada, hoy en medio de un jardín... y en muy malas condiciones. Otro ejemplo de desidia institucional con el pasado", se lamenta este profesor murciano. Recuerda, asimismo, que "el Palacio de los Vélez, construido en el siglo XVIII por los Fajardo (Marqueses de los Vélez), cayó bajo la piqueta de la incultura institucional del malentendido desarrollo de la ciudad en 1936, para abrir la Gran Vía Alfonso X. Al menos se salvó el pórtico, hoy en San Antolín".

Y así otros muchos ejemplos: "El Palacete Villacís, (segunda mitad del siglo XVII), residencia del pintor Nicolás de Villacís, que formaba parte del conjunto de palacetes barrocos que hacían de Murcia una ciudad famosa entonces, fue demolido en los años veinte para construir la Oficina Central de Correos"; "la casa-torre conocida como Torre de Romo, de la que hoy solo queda el nombre de una calle y que antaño vigilante del camino de Algezares, fue arrasada entre los 50 y 60"; o "La Torre del Huerto de los Cipreses (s. XIX) construida en el Malecón y demolida en los 70 por el Ayuntamiento para hacer el jardín. Aquí he metido algo de fantasía: junto al jardín botánico, la imagino como el Museo de Ciencias Naturales de Murcia. No quedaría mal, ¿eh?".

  • Torre del Huerto de los Cipreses -

Una copia del balcón de la casa Celdrán en Barcelona

Durante este recorrido, el autor también hace referencia a muchas curiosidades. Como que "la Casa Celdrán, en la calle Trapería, fue construida en el siglo XVI y demolida en 1933. Hoy lo ocupa un edificio monstruoso (de feo, no de grande). Sin embargo, de su balcón se hizo una copia exacta para el Pueblo Español de Barcelona en la Expo de 1929 que todavía sigue allí". O que "la iglesia de San Antolín, otra joya del siglo XVIII, fue dinamitada en 1937. En su lugar: un mamotreto feísimo… Eso sí, guarda el relieve original de su fachada y la portada del palacio de los Vélez. Tesoros barrocos por dentro, espanto por fuera".

Y ya que la IA a veces tiende a fantasear, Alberto Barcelona recuerda también "el Recreative Garden de Espinardo: un selecto club decimonónico inaugurado en 1897, con velódromo, salones, fuentes y una locura de arquitectura que combinaba neogótico y modernismo como si nada. Nos quedamos sin él en 1978". O "Villa Carmen, (años 20), una residencia burguesa con jardín francés, palomar inspirado en la Torre del Oro (un poco friki pero bonito). Lógica de el desarrollismo: Y si lo tiramos y ponemos unos buenos adosados? Ahora solo queda el palomar".

Con este trabajo, este historiador murciano muestra otra Murcia, la que ya se ha perdido definitivamente, con el objetivo de que no se cometan más atentados contra el patrimonio. Por ello, está recibiendo una multitud de felicitaciones en redes, en comentarios en los que también se expresa tristeza por no poder conocer realmente estos lugares que ha recreado con Inteligencia Artificial. "Menuda punzada nos da a todos en el corazón ver así, tan real, cómo sería. Qué dolor. Espero sirva para un futuro más benévolo para nuestra Murcia", se puede leer en  uno de los comentarios.

  • Casa Celdrán, en la calle Trapería -

 

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