Entrevista

Murcia Plaza Cultura

Estrena la serie 'La suerte', en Disney+

Óscar Jaenada y Ricardo Gómez: "Deberíamos hacer de la diferencia cultural un valor, no una amenaza"

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  • Óscar Jaenada y Ricardo Gómez en una imagen de la serie.
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Son dos de los mejores intérpretes de nuestro país y, sin embargo, nunca habían trabajado juntos. Pertenecen a generaciones distintas y, en esta serie, La suerte, dan vida a un taxista (Ricardo Gómez) y a un torero (Óscar Jaenada), a los que la suerte, eso cree el torero, les une. Con la tauromaquia como telón de fondo, se hace un análisis de España, la empatía y la necesidad de respetar al diferente, aunque no lo entendamos. Y, como no, de la suerte.

       

Estrenáis La suerte. Le preguntaba antes también a Paco Plaza y Pablo Guerrero: ¿la suerte aparece o se busca?

Óscar Jaenada. Yo creo que aparece. Cuando la buscas, no la encuentras. Es como el amor: cuando lo buscas, no lo hallas; el amor viene solo. La suerte, igual.

Ricardo Gómez. La suerte viene cuando ella quiere, sí.

¿Cuáles fueron vuestras impresiones al recibir el guion y embarcaros en esto?

Ó. J. Hombre, todo lo contrario: para mí fue como ganar la lotería. Ver que Paco Plaza iba a encargarse de algo así, con Pablo Guerrero y Disney detrás, y que el personaje era un torero... Vi el mundo entero, no solo España. Vi ese poder de viajar que tenía este proyecto.

R. G. En mi caso, la llamada fue una sucesión de sorpresas. Paco me llamó —nos conocíamos y alguna vez habíamos coincidido con amigos comunes—. Me pilló echándome la siesta. Me dijo: “¿Te puedo llamar?”. Me contó que quería trabajar conmigo, lo cual ya fue la primera sorpresa. Luego me explicó de qué iba el proyecto… y me dijo que yo no era el torero, que el torero era él. Entonces supe que trabajaría con Óscar. Había algo muy estimulante en eso.

Nuestro trabajo no va tanto de juzgar las historias, salvo que el punto de vista sea algo con lo que moralmente no comulgues. Pero en este caso, la mirada que querían adoptar Paco y Pablo tenía más que ver, desde mi punto de vista, con una disertación sobre España que con entrar en la tauromaquia en sí. Aquí la tauromaquia es como el fondo del caldo; luego hay muchas más cosas por encima.

  • Óscar Jaenada y Ricardo Gómez en una imagen de la serie. -

Ellos me comentaban también que no conocían nada del mundo taurino. Para mí también es un universo ajeno. Una de las cosas que más me han gustado de la serie es cómo se adentra en ese mundo, el fetichismo y los rituales que lo rodean. ¿Os pasó lo mismo?

Ó. J. Sí, desde luego fue un descubrimiento. Entré en esta producción como una página en blanco, sin conocimiento alguno. Había visto corridas por personajes que interpreté con afición al mundo del toro, pero nunca desde dentro. En este caso era un torero, una pieza única dentro de ese engranaje. Había que sumergirse de una manera brutal. Pero tuve la suerte de llegar sin condicionamientos. Entraba con una página en blanco en la mente, y lo que se me pegaba era lo que veía. No tenía con qué comparar, así que miré con una mirada virgen, con una capacidad de aprendizaje y empatía que me permitió indagar en todos los aspectos de este mundo.

No habíais trabajado juntos antes, pero hay mucha química entre los dos personajes, que además son muy distintos. El torero, como comentaba Óscar, es una figura muy particular, y tu personaje, Ricardo, es un chaval más común. ¿Temíais que en el rodaje no surgiera esa conexión necesaria?

R. G. Creo que rodearte de gente talentosa siempre mejora tu trabajo. Estaba tranquilo, porque sabía que trabajar con Óscar lo haría crecer. Y además, lo que se buscaba era precisamente que estos dos personajes tan distintos —el Maestro y David—, como lo somos en parte también nosotros, hicieran un viaje hacia el acercamiento. En la serie, incluso en la planificación de planos, al principio están muy alejados, se miran sin atreverse a hablar. Y el trabajo fue eso: acercarlos a través de las miradas, los silencios, lo que piensan el uno del otro sin decirlo. Esa química se fue construyendo desde ahí.

Se refleja también la necesidad de la empatía, de respetar al otro sin necesidad de entenderlo, simplemente por respeto. Esa tolerancia que quizá hoy no abunda tanto.

Ó. J. Vamos justo en contra. Algo que debería ser positivo, como las distintas culturas que tenemos aquí, nos empeñamos en uniformarlo. Y no, no somos todos iguales. España está formada por culturas muy diferentes. El mundo del toro pertenece a una de ellas, pero no a todas. Hay que entender que esa cultura es solo de una parte de España. Y los toreros, o quienes están en ese mundo, deben entender que su cultura es solo suya, que a los demás puede no importarnos o no entenderla, pero que debemos respetar que a otros sí les parezca bien. Esa unión de pueblos que forma España es única. Deberíamos hacer de la diferencia cultural un valor, no una amenaza. La serie nos da una patada en la cara en ese sentido: dos hombres muy distintos, condenados a entenderse porque respiran el mismo aire. Punto y pelota. No hay más. No hay que luchar para que unos sean como los otros, porque eso no va a pasar nunca.

  • Óscar Jaenada y Ricardo Gómez en una imagen de la serie. -

Totalmente. La serie habla también de la suerte, como al principio de esta charla. Vosotros tenéis ya una carrera consolidada. ¿Aun así os seguís pellizcando cada vez que empezáis un rodaje, o ya lo vivís con naturalidad?

R. G. Este es un trabajo muy complicado, en el que mucha gente con talento no puede ganarse la vida. Somos pocos los privilegiados que podemos dedicarnos a esto en exclusiva. Si pierdes eso de vista y lo das por hecho, estás abocado al fracaso, o al menos a perder el contacto con la realidad. Soy muy consciente de lo afortunado que soy. Cada vez que piso un set o recibo una llamada para un proyecto, me lo recuerdo.

Ó. J. A mí eso no me pasa. Pero es normal, a cada uno le pasa lo suyo. Llevo más de treinta años haciendo esto. Si no trabajara de esto, sería raro. Lo veo como mi destino: tengo que trabajar.

El panorama audiovisual ha cambiado mucho. Ahora hay muchas más temáticas y más competencia. ¿Sentís más nervios ahora que antes ante un estreno?

Ó. J. Ya no lo sé. Todo es tan relativo… Lo que crees que va a funcionar no funciona, y lo que no crees, funciona. Es tan volátil que prefiero no pensarlo. Estar orgulloso ya es importante. Cuando el equipo se respeta, se ayuda y se crea un buen clima, eso se refleja en el resultado. Confío en eso. En que aquí ha habido mucha hermandad, mucho trabajo para contar algo que se ve. Confío en que viaje, que algo tan local como el mundo del toro se vuelva universal. Que podamos contar desde aquí algo que solo nosotros entendemos y hacerlo llegar fuera. Creo que así es como España se muestra realmente.

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