Libros y cómic

SALÓN DEL CÓMIC DE VALÈNCIA

Los desafíos de empezar una carrera en el cómic español

Autores de todo el mundo visitan el Salón del Cómic de València, algunos con un maletín cargado de novelas y otros con su primer cómic. En este contexto, los nuevos creadores afrontan su entrada al sector, en un momento de crecimiento de la lectura de cómic en España, pero también de grandes retos para consolidarse como profesionales

VALÈNCIA. Si tuviéramos que definir el cómic de alguna manera, diríamos que es un arte híbrido: tiene la potencia visual y el ritmo de una película, pero también la narratividad y la pausa de un libro. El lector decide cuándo detenerse en una viñeta para explorar los ecos que quedan entre una página y la siguiente y descubrir sus matices. Leer historias en viñetas gusta por todo esto. Y escribir cómics, también. Pero si crear historietas es un trabajo emocionante, convertirlo en profesión es otro viaje. En España, el cómic vive un momento de crecimiento en cuanto a lectores, aunque aún está por detrás de países con mayor tradición. Según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2024, el 13,2% de la población mayor de 14 años se declara lectora de cómics. Lo cual sigue siendo un número un poco pobre. Aun así, los esfuerzos por cambiar esta realidad no cesan y el futuro del cómic promete seguir evolucionando.

 

Hoy mismo, València está recibiendo a creadores de todas partes del mundo, quienes han llegado hasta el Salón del Cómic con la motivación de exponer sus novedades en un evento que se alargará hasta el domingo. Algunos lo hacen con su primera novela gráfica y otros con un maletín de mucho más peso. Culturplaza ha querido hablado con cinco  ilustradores en diferentes momentos de su carrera para conocer cómo es dar los primeros pasos en este mundo. Sus experiencias ayudan a entender las dificultades del oficio, pero también la pasión que les mantiene en él. 

 

Eva Viedma XGreen’ (Tarragona, 2001) llega al Salón del Cómic de València tras el éxito de Krymsoul, su serie en Planeta Manga, que dio el salto al formato recopilatorio en dos tomos. Ahora prepara su nueva obra, Bloodmancer, junto a Manga Issho. Para la creadora, el auge del cómic, y en especial del manga, ha cambiado la percepción social de este medio: “Antes, cuando leíamos cómics o veíamos películas de ciertos géneros, se nos catalogaba bajo la etiqueta de ‘frikis’. Hoy las nuevas generaciones han descubierto las increíbles historias que se cuentan en estas creaciones y ya no sienten la necesidad de ocultar sus gustos. Poco a poco, se ha normalizado el poder disfrutar de este tipo de contenido”. 

 

Javier Cuesta (Elche, 1998), que debutó en octubre de 2024 con El piano del pobre (Editorial Gusanillo), destaca la capacidad del cómic para atrapar al lector: “Cada novela gráfica crea un mundo único, diferente a cualquier otro medio. Te mete dentro, te hace conocer la personalidad de cada autor. Eso es lo que engancha”. Andrés Garrido (Madrid, 1994), autor de Love Love Love y la recién publicada Carcoma (Nuevo Nueve)  resalta, además, su accesibilidad desde el punto de vista creativo: “Hacer una película requiere equipo, presupuesto y muchos medios. Un cómic, en cambio, puedes hacerlo solo o con otra persona. Es más asequible”.

 

Para Alicia Jaraba (Vigo, 1988), que presenta Lejos (Nuevo Nueve) , el cómic es “la manera más natural de contar una historia”. Destaca su capacidad de mezclar imagen y texto en una narración secuencial, pero también su potencial para llegar a quienes tienen menos tiempo para leer: “Mucha gente me ha dicho que le gustaría leer más novelas, pero no tiene tiempo. El cómic puede ser una alternativa, aunque para mí ambas experiencias son diferentes y complementarias”. Víctor L. Pinel (Madrid, 1988), que en València mostrará Piezas (Nuevo Nueve), coincide en que su gran virtud es su lenguaje propio: “Tiene un poco de literatura clásica, de ilustración, de cine… Pero su ritmo es distinto. El lector avanza, se detiene, llena los huecos entre viñetas. Eso es lo que siempre me ha atraído: lo que se cuenta y lo que no”.

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Los retos de empezar: entre la pasión y la incertidumbre

 

No vas a ser mangaka en tu vida, eso es solo para japoneses”. Cuando era pequeña, XGreen escuchó más de una vez esta frase. “Creo que incluso llegué a creérmelo”, reconoce. Pero hoy, tras el éxito de Krymsoul, puede decir que forma parte de la comunidad en España y espera, muy pronto, en Europa. “Ser constante, dedicada y organizada ha sido clave”, añade, convencida de que cualquier barrera puede superarse con persistencia. Para quienes están empezando, su mensaje es claro: “Animaría a todos los nuevos talentos a que no se rindan, a pesar de lo que les digan, y confíen en sí mismos”.

 

Esa barrera inicial, la de dar el salto del dibujo amateur a la profesionalización, la conoce bien Javier Cuesta. Aún con solo unos meses de recorrido tras la publicación de El piano del pobre, señala el reto de conseguir visibilidad: “Lo que falta a los autores noveles es ese impulso, ese empujón editorial que te ayude a moverte en ferias y te haga sentir dentro de la industria”. Andrés Garrido, por su parte, coincide en que el mercado español es complicado y, en su caso, Francia fue la vía para consolidarse. “Después de varios años intentandólo en el mercado francobelga, mi profesor Kenny Ruiz me ayudó a ponerme en contacto con el guionista Kid Toussaint y saqué Love Love Love. En España es bastante más difícil empezar. Aunque yo tambien tuve la suerte de estar en el momento y el lugar adecuados”, explica. Algo similar le ocurrió a Alicia Jaraba, que directamente enfocó su carrera en Francia. “El mayor obstáculo que encontré al iniciar mi carrera fue que la industria estaba directamente en Francia. Eso implica viajar más lejos para enseñar tu obra, hablar el idioma y pasar por muchos rechazos antes de conseguir vender un proyecto”, afirma Jaraba, quien cree que, por eso, la dificultad no va tan ligada con la edad, sino con la falta de mercado en España. “En mi caso, cuando empecé fue complicado vender historias, porque llevaba propuestas de humor y el humor de aquí y el francés son muy diferentes”. 

 

Así pues, para Víctor L. Pinel, que encadenó oportunidades desde su primera incursión en el cómic, el mayor reto es la incertidumbre económica. “Es un trabajo que requiere mucho esfuerzo previo sin saber si habrá recompensa”, apunta. La inestabilidad y la falta de apoyo son las razones por las que muchos autores acaban abandonando. “Si tienes la suerte de contar con un respaldo familiar que te sustente, es más fácil seguir”, reconoce. Si bien, es evidente que hace falta también tener ese contacto con las editoriales: “El problema, que hay mucha gente con ganas de dedicarse a ello”. 

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Los “motores” de su creatividad

 

Otro reto importante al comenzar en el mundo del cómic es, como en cualquier disciplina artística, encontrar un estilo propio. Las influencias siempre están presentes, pero darle forma para crear algo único es una de las principales dificultades que enfrentan los autores. Eva ‘XGreen’ reconoce que su pasión por los cómics nació de su amor por el manga, en especial por el trabajo de la autora Matsuri Hino. Sin embargo, su evolución como creadora la llevó a descubrir otras fuentes de inspiración, como los videojuegos ‘Souls-like, que han dejado una huella tanto en su narrativa como en su estética visual. En su caso, las influencias también vienen del mundo literario, siendo los libros de romance una gran pasión personal.

 

Javier Cuesta, por su parte, señala a Boichi, el autor de Dr. Stone, como su mayor influencia, especialmente en cuanto al estilo de dibujo. Su admiración por el manga oriental lo llevó a fusionar estos elementos con la tradición europea, destacando la obra de Paco Roca y Jordi Lafebre, cuyas narrativas en cuadrícula le han sido de gran inspiración. Andrés Garrido siente que sus primeros referentes fueron también el mango, pero al adentrarse en el cómic francobelga, encontró influencias en obras como Kairos y La saga de los ogros dioses. Por lo que hace a su cómic Carcoma, confiesa que sus influencias provienen principalmente del género fantástico y de terror, con una clara huella de Piratas del Caribe como referencia principal de su generación.

 

Alicia Jaraba, en cambio, prefiere el cómic europeo, mencionando a Frederik Peeters, Alfred en Come Prima, Jordi Lafebre y Zidrou en Los buenos verano, así como los títulos que Lafebre está sacándooslos últimamente sobre Italia. Además, se fija mucha la creadora en auores que dibujan de manera tradicional, sin programas informáticos, y aquí cita a Gregory Panaccione. Y en cuanto a voces nuevas, destaca la obra de Alix Garin. En su caso, Victor Pinel ha sido influenciado por una mezcla de mercados, desde el manga de Naruto hasta el cómic europeo de Frederik Peeters y los guionistas del cómic americano como Bryan Lee O'Malley, lo que le ha permitido explorar diferentes narrativas y enfoques en su propio trabajo.

 

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Desafíos y oportunidades para el cómic

 

Llegados a este punto, toca hablar del futuro del cómic. Un futuro que parece prometedor, aunque lleno de desafíos. Javier Cuesta cree que, sea como sea, a las nuevas generaciones no les queda otra que esforzarse e intentarlo: “El mundo del cómic es como un salto a una piscina vacía, tienes que invertir mucho tiempo y esfuerzo, pero confío en que el trabajo dará frutos”, asegura, dejando claro que él va a seguir luchando para poder dedicarse a lo que le gusta. Ciertamente, Víctor L. Pinel señala que el sector en España “parece que quiere despegar” y lo está haciendo “muy tímidamente”.  Sin embargo, el verdadero reto sigue siendo la falta de lectores: “Sin ser culpa específicamente de nadie, esto condiciona toda la cadena del libro, porque si no hay lectores no se pueden hacer tiradas lo suficientemente grandes, de manera que un editor tampoco puede remunerar de forma equitativa, conforme a las horas y el trabajo realizado, a un autor. Lo que impide que el mercado sea viable.”

 

En un plano similar, Andrés Garrido advierte sobre la sobreproducción, un problema global que también afecta a España, donde no hay suficientes lectores para sostener el mercado. “Es necesario generar una mayor cultura del cómic, hablar de él en términos más amplios y atraer a diferentes públicos”, reflexiona. Alicia Jaraba, desde su experiencia en Francia, también apunta a la saturación del mercado y la dificultad para vender obras debido al exceso de novedades. Aunque, su preocupación más grande es la irrupción de la inteligencia artificial en la creación artística: “El mayor peligro es la IA generativa. No sabemos qué futuro nos espera como creadores”, dice, aludiendo a la necesidad de regular el uso de la IA para proteger los derechos de autor. “Hoy en día, estas no pueden hacer un cómic de calidad, pero quién sabe si más adelante sea posible con lo que avanzan estas herramientas. Esto nos lleva a preguntarnos dónde va a quedar la creación humana”. 

 

Eva XGreen, por su parte, se muestra optimista sobre el futuro del cómic, confiando en que no habrá marcha atrás: “Tenemos mucho que contar, y aunque cada historia puede gustar más o menos, lo importante es abrirse a nuevas voces”, afirma, alentando a los lectores a no prejuzgar el talento nacional. La joven creadora cree que el sector está en una etapa de crecimiento y que el futuro pasa por apoyar y dar visibilidad a las voces emergentes.

 

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