Murcia Plaza Cultura

La obra de Flyppy y su hijo Ismael Cerezo dialogan 'Entrehierros' en la galería LaLuz de Murcia

La exposición se podrá visitar hasta final de enero en el espacio de la calle Trapería

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MURCIA. Ismael Cerezo se crió viendo cómo su padre, Flyppy, creaba en su taller de Murcia criaturas fantásticas, a base de doblegar el hierro y dar forma al vídrio; unos "bichos" -como los llama el escultor murciano- que siguen saliendo de su imaginación para llenar de color cualquier ecosistema que colonicen. Por eso, no es de extrañar que el joven Ismael (que comparte nombre con su padre) haya heredado la pulsión por crear de su progenitor y, al mismo tiempo, su interés por la naturaleza y los seres que lo habitan. Quizá por esto, entre otras razones, combina su trabajo como oceanógrafo con el de ilustrador y escultor.

Entrehierros es como han pasado gran parte de su vida estos dos artistas murcianos y es, por ello, el nombre de la exposición que Flyppy e Ismael Cerezo, padre e hijo, han inagurado en la galería murciana LaLuz Mediterranean Art (calle Trapería 30), donde se podrá visitar hasta final de mes.

No es la primera vez que los 'Ismaeles' exponen juntos, reuniendo en esta ocasión una veintena de obra de la que Ismael Cerezo es autor de cuatro piezas muy relacionadas con su pasión por el mar, ya que tres representan mascarones de proa, además de otra cuarta sobre un pavo real. Se trata de esculturas muy esquemáticas, casi abastractas, según señala el director de la galería, Carlos Salas, quien apunta que están hechas solo con hierro.

Por su parte, Flyppy muestra en esta exposición "una serie de piezas que salen de las entrañas y que suponen una vuelta a mis inicios". En este sentido, cabe apuntar que, a diferencia de la mayoría de sus obras recientes, en estas el vídrio tiene poco protagonismo y, en algunos trabajos, está ausente. De esta forma, dialogo que surge con las esculturas de su hijo es más directo. 

La obra de Flyppy -quien trabaja artesanalmente en una nave llena de sorpresas en el barrio del Progreso de Murcia- hace reflexionar sobre el medio ambiente y el reciclaje. El murciano comenzó a trabajar esculturas con diferentes metales en la década de los 90 y poco después aprendió el oficio de vidriero con el conocido maestro soplador mallorquín Pere Ignasi. Al regresar a Murcia, puso en marcha su propio horno y taller de soplado donde comenzó a crear sus propias obras protagonizadas por sus "bichos".

Ha participado en multitud de exposiciones, de carácter tanto nacional (Murcia, Cartagena, Lorca, Caravaca de la Cruz, Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca, Jaén, Alicante), como internacional (Toulouse, Andorra). Recibió el Premio Regional de Artesanía 2022, en el Teatro Guerra de Lorca, por su trayectoria profesional.

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