Un barco sobre cuatro bombonas de butano, un enorme oso panda de juguete sobre unos bidones, una portería de fútbol entre limoneros, palomares de todos los tamaños y un sinfín de imágenes que muestran el mundo surrealista que subyace en la Huerta de Murcia; ese paisaje regado con una luz única y plagado de rincones maravillosos, pero también convertido en una especie de trastero donde se puede encontrar de casi todo. Todo esto lo ha documentado con su cámara el fotógrafo y bombero Manuel Zamora, quien expone esta serie fotográfica en el espacio cultural La Innovadora de Murcia, una pequeña cueva llena de tesoros en el centro de Murcia donde también se pueden encontrar los más sorprendentes y curiosos objetos relacionados con el arte y las antigüedades.
Así, cumpliendo con su objetivo de ser algo más que una tienda llena de curiosidades, La Innovadora vuelve a convertirse en espacio para la cultura con esta exposición comisariada por un ‘grande’ de la fotografía en la Región como es Paco Salinas. La muestra, que estará expuesta en el espacio que dirige de forma entusiasta José Carlos Nievas hasta el 23 de marzo, propone un viaje por esos caminos que el autor ha recorrido con su bicicleta y que no dejaban de sorprenderle con imágenes que él ha captado con ironía y ternura. Se trata de una incursión, en definitiva, por los tópicos y arquetipos de la huerta de Murcia.
Un mundo de sugerencias y estímulos
- Exposición en La Innovadora -
- Foto: Manuel Zamora
En un mundo en el que estamos sometidos a una gran cantidad de estímulos, merece la pena pararse para contemplar las imágenes de Manuel Zamora, tal y como señala Paco Salinas, quien también recuerda que “la fotografía cumple doscientos años ejerciendo una notable importancia en nuestra percepción del mundo, eso que convenimos en llamar realidad”. Y aunque “también la cultura fotográfica está en crisis por la banalización del medio, por suerte, hay fotógrafos que nos ofrecen imágenes que indagan en entornos complejos y nos brindan un mundo de sugerencias y estímulos que nos permiten recrearnos en ellas e ir descubriendo, poco a poco, nuevos detalles y significados”.
Es el caso –dice Salinas- del trabajo que presenta Manuel Zamora, “una mirada irónica y amable sobre la paradoja de una huerta que se debate entre el estertor y los cuidados paliativos. Un laberinto en el que el autor detecta claramente las huellas del amor frente al avance del caos. Un ecosistema ancestral que ha ido cambiando su función productiva debido a los cambios sociales y económicos, pero que conserva los rastros de la intervención humana pasada y presente”.
“Su estructura de caminos, cruces, carriles, árboles y huertas de geometría imposible es un contenedor de secretos. El autor nos presenta algunos de ellos a través de imágenes atractivas, bellas y sugerentes, pero nos exige que las miremos con atención y les dediquemos tiempo; así, poco a poco, irán desvelándonos sus misterios. Cuestión de tiempo”, añade el comisario de la muestra.
Manuel Zamora (Murcia, 1970) es titulado en Fotografía y Acción Creativa en la Universidad de Elche y es integrante del colectivo Cienojos para el fomento de la cultura fotográfica. Trabaja como bombero profesional, actividad que compagina con su pasión por la fotografía. Su mirada viajera se ha ido mezclando con una visión más cercana y cotidiana: “investigando el significado y poder de la imagen en el relato de entornos cercanos. Contar más que mostrar. Acercarse con ella a los hombres y a las cosas”.
