MURCIA. Juguetes de hojalata, sencillos, con ingeniosos mecanismos de movimiento, que dejan espacio para la imaginación y que recuerdan a otros tiempo muy diferentes ... El ‘mundo mágico’ de Remigio Tolmo Miñano invadirá la Casa Museo del Belén de Puente Tocinos con una exposición que recorre un siglo de juguetes y que se podrá visitar desde el 6 de mayo al 30 de junio. Las piezas que ha coleccionado durante años este maestro blanqueño jubilado (desde hace 30) conforman esta muestra, comisariada por el artista murciano Zacarías Cerezo, autor de los textos del catálogo junto a Manuel Fuentes y Zacarías Cerezo.
La colección de juguetes de Remigio Tolmo -quien ha ejercido como maestro en Blanca, Jumilla, Udías (Santander), Añover de Tajo (Toledo), Santa Pola y Beniaján- se ha ido enriqueciendo a lo largo de su vida y de sus viajes, durante los cuales ha buscado piezas representativas de la juguetería local. “Lo ha hecho por su disfrute, pero también por el de sus hijos y nietos… y, sin pretenderlo, también lo ha hecho por nosotros. Porque al goce de jugar se añade el goce de compartir”, señala Zacarías Cerezo. Añade el pintor que “la mayor parte de las piezas expuestas nos remiten al mundo precario e ingenuo de la posguerra, en el que la fantasía no nos venía dada, sino que se gestaba en la fértil mente infantil, jugando a ser bomberos, policías, enfermeras, o aviadores con juguetes de hojalata adornados con brillantes colores, sin más mecanismos que un muelle y una manivela para darles efímera vida". Nada de pilas ni de circuitos electrónicos.
“La vida era sencilla cuando se hicieron estos juguetes y los niños tenían tiempo para jugar en la calle con otros niños, y tener juguetes y compartirlos era hacer amigos”, recuerda Cerezo, quien apunta que “seguramente la muestra va a interesar más a los adultos que a los niños, por la nostalgia de aquella idealizada infancia que sentimos aun cercana”.
Por su parte, Manuel Fuentes destaca que se trata de “una colección muy extensa y variada de la que hemos creído oportuno destacar algunos juguetes y dejar otros para posteriores exposiciones debido al gran número de ellos. La inmensa mayoría son de láminas de hierro o acero estañadas y serigrafiadas ‘hojalata’ y del siglo XX de antigüedad”.
Un mundo tecnológico para aprender
- El mundo mágico de Remigio -
- Foto: ZACARÍAS CEREZO
"La exposición descubre también “un mundo tecnológico lleno de mecanismos transmisores y transformadores del movimiento y de operadores tecnológicos que nos introducen en un glosario de términos que me embriaga de emotividad: motores de fricción, motores de acumulación de energía mecánica, bielas, manivelas, levas, ruedas dentadas, cigüeñales, palancas, ruedas de fricción, excéntricas…”, describe Fuentes. Y añade: “Son juguetes muy sencillos y hasta poco significativos, pero llenos de magia y de un potencial inmenso para aquellos que quieran ver más lejos de su enfoque divertido”.
El autor también hace referencia a que el apogeo de los juguetes de hojalata fue de 1950 a 1962, siendo a partir de 1962 en que el plástico irrumpió con fuerza y desplazó estos juguetes de hojalata que empezaron a fabricarse a mediados del siglo XIX en Alemania. Posteriormente, las regulaciones de seguridad que se impusieron en la década de los 60 hizo desplazar la utilización de la hojalata en juguetes.
El mundo mágico de Remigio, un siglo de juguetes muestra cómo jugar en la niñez es parte del aprendizaje. Porque, parafraseando a Bernard Shaw, “no dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar”.
La muestra se podrá visitar de martes a sábado, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, y los domingos, de 11.00 a 14.00 horas.

- El mundo mágico de Remigio -
- Foto: ZACARÍAS CEREZO
