Entrevista

Música y ópera

CONVERSACIONES CULTURPLAZA

Carlota Cossials (Hinds): “Es muy difícil tratar de estar a la moda; y en nuestro caso, inútil”

Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALÈNCIA. Hinds lleva un año girando por todo el mundo con su mejor disco. Lo dicen ellas, en primer instancia, pero también han sido respaldadas por la crítica y el público. Viva Hinds es el título de un trabajo que suena ecléctico y libre.

Tras pasar todo un 2025 con el disco a cuestas por medio mundo, a principios de 2026 harán una pequeña gira para despedirse de él. En València lo harán el próximo 12 de febrero en la Sala Moon.  Antes, para hacer balance, Carlota Cossials responde a las preguntas de Culturplaza.

— En un post de Instagram que publicasteis en el aniversario del disco decíais que era vuestro mejor trabajo. ¿Esto lo teníais claro desde el lanzamiento o es una idea que os ha ido confirmando la gira?

— La gira desde luego te confirma cosas porque es tangible —no sé cuántos sold out hemos hecho ni en cuántos países hemos estado, pero en todos ha funcionado. Pero el momento en el que sentimos que era el mejor disco que habíamos hecho fue al grabarlo. Lo hicimos en un estudio que construimos nosotras mismas en una casa de alquiler en Francia. Ahí fue cuando dijimos: Ostras, esto que acabamos de hacer creo que es bueno.

Cuando haces algo creativo —escribir, componer, pintar— tienes muchas dudas durante el proceso, cuando la idea está solo en la cabeza y todavía no la has bajado a tierra. Y cuando empiezas a escucharlo de verdad, cuando ves el resultado, incluso puede darte un poco de miedo y pensar: Creo que esto está muy bien, de verdad. Porque, no me malinterpretes, también sabemos cuándo escribimos una mala canción.

— ¿Hubo una canción, un momento o un cambio concreto que os hizo hacer ese click del que hablas?
— Para mí fue Stranger. Fue de las últimas canciones que hicimos, porque como Grain Chatten colaboraba, teníamos que esperar a que nos pasara su parte y se tomó su tiempo. Durante mucho tiempo no sabíamos cuántas barras iba a hacer y, hasta tener su voz, no podíamos ni siquiera cerrar la estructura.

Cuando por fin recibimos su parte vocal y empezamos a construir la instrumental a partir de la canción completa… cuando puedes poner esa especie de pizarra llena de ticks al lado de una canción que todavía estaba en blanco… llegar a ese momento fue: Ostras, ahora sí que esto es redondo.

— Se puede tener la sensación de haber hecho un gran disco, pero que luego no conecte con el público. Y parece que este es el disco con el que el público más ha conectado.
— Tienes toda la razón. Ahí perdemos un poco el control sobre lo que hace un álbum una vez que lo has sacado. A dónde lo lleva la gente… ¡y qué suerte! De verdad, qué suerte que haya conectado, que a la gente le haya apetecido escuchar un álbum tan orgánico y tan de guitarras. Corren otros tiempos. Hacer algo novedoso con guitarras, algo que apetezca escuchar, puede que no sea lo más habitual ni la apuesta más segura.

Y eso no se puede controlar porque, encima, tú escribes el álbum mucho antes de que salga. No puedes adaptarte a una moda. Nosotras, comportándonos como banda —aunque el álbum lo hayamos hecho Ana y yo—, no damos tiempo a ir tan rápido como el mundo del músico que se graba en casa y al día siguiente sube la canción. Basarte en lo que ha pasado hace dos semanas no nos vale de nada, porque nuestro disco va a salir un año después.

Es muy difícil tratar de estar a la moda, y sobre todo es inútil en nuestro caso. Así que creo que ha sido más bien casualidad: conectar en el momento adecuado con lo que a la gente le apetecía escuchar.

— Durante esta gira estáis pidiendo bandas súper emergentes para telonearos.
— Todo empezó precisamente por viajar tanto. Voy mucho a Chicago y allí, en Nochevieja, como no tienen la tradición de las uvas, lo típico es pasarlo en un concierto: hacen la cuenta atrás y empieza a tocar una banda. Es otra cultura. Me acuerdo de una Nochevieja concreta: había como un maestro de ceremonias, una drag queen que llevaba todo el show, y la noche estaba ambientada en el Titanic. Hacía pequeñas escenas entre banda y banda. En un momento pensé: ¿Quién puso la norma de que el telonero tiene que ser exclusivamente otro grupo de música? Y encima un grupo tan parecido a ti. ¿Por qué tendría que ser necesariamente música? ¿Por qué no pensar en el entretenimiento como tal?

Queremos que cuando tú entres en una sala a ver a Hinds y, por cómo va a ir la tarde o la noche, sepas que te lo vas a pasar bien. No tiene por qué ser otro grupo de rock de guitarras. Empezamos a darle vueltas, sobre todo para el concierto de Madrid de la gira de apertura del álbum. Allí llevamos un espectáculo de burlesque que iba recibiendo a la gente, hacía bromas, se bajaba a la pista, luego hacía un número como de “chico madrileño”… Y se nos quedó esa idea de expandir esto al resto de la gira.

Por eso dijimos: mira, aunque no tengas mánager, ni booking agent, ni nada, ¿qué más da? Escríbenos directamente. Queríamos saltarnos esa burocracia. Envíanos un vídeo. Estamos haciendo un casting y la gente se lo está currando muchísimo.

— También buscáis a guitarristas entre el público para que suban con vosotras al escenario.
— En esta gira pedimos una guitarrista para tocar San Diego con nosotras. No sabes la cantidad de veces que yo, en mi vida, he mirado hacia arriba al escenario y solo había chicos. Siempre chicos. Mirar al escenario y ver a cuatro tías con guitarras, cantando… se me empañan los ojos. Te lo juro, me produce algo muy fuerte. Me da la sensación de que el mundo cambia. Me hace profundamente feliz. Así que está claro: la persona que vaya a subir a tocar San Diego con nosotras tiene que ser una chica.

  • -

—¿Habéis compuesto ya cosas nuevas?
— Sí, hemos empezado a escribir. De hecho, empezamos súper temprano: yo creo que según terminábamos la grabación. Tenemos un buen amigo que se llama Sean; vive en Los Ángeles y cada vez que pasamos por allí nos gusta reunirnos con él y hacer un poco de música juntos. Las primeras cosas nuevas —lo que sería ya un nuevo álbum— empezamos a hacerlas hace un año, incluso más.

Pero todavía estamos en ese punto de no querer hacerles mucho caso. Es difícil… es casi feo, ¿sabes? Estamos como en otra estación mental. Y también estamos muy centradas en esta gira de despedida. Con nuestros recursos y nuestros medios, estamos muy encima de ella. No nos da la cabeza. No podemos ser robots: no podemos estar haciendo ahora mismo el siguiente álbum y, a la vez ,preparar el pedazo de gira que estamos montando para enero y febrero.

— ¿Todo el proceso de Viva Hinds —componerlo, ver que funciona, llevarlo al directo y ver que funciona también— ha cambiado algo en vosotras?
— Sí, claro. Por ejemplo: muy posiblemente, a la mierda los estudios. Eso lo hemos aprendido. Como grupo no nos interesa en absoluto llegar a un estudio enorme, con cincuenta cajas de batería para elegir, porque sinceramente a nadie le importa cuál de esas cajas suena si al final va a ser la que aparezca en todo el álbum. Viva Hinds nos ha enseñado que es un disco muy austero en el fondo: le hemos sacado partido a cosas que ya teníamos.

El productor se trajo la batería; otras cosas las pusimos nosotras; trabajamos con lo que había. Y creo que el mayor aprendizaje es dejar de preguntarnos por lo que no tenemos. Es mucho más útil prestar atención a lo que sí tenemos, y hacer un álbum con eso, con la imaginación que ya tenemos y con nuestra propia creatividad. 

Yo juego al póker una vez al mes con mi padre y mis amigos, y el póker me ha enseñado muchas cosas. Una es que siempre piensas que los de al lado tienen mejores cartas que tú. Tendemos a pensar que no tenemos lo suficiente y que el de al lado… claro, con la suerte que ha tenido, le ha ido mejor. Pero lo único que tenía era un poco de fe y un poco de optimismo.

Recibe toda la actualidad
Murcia Plaza

Recibe toda la actualidad de Murcia Plaza en tu correo