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Corrupción en Miami: Ritmo de la noche

MURCIA.- Dos atractivos policías, vestidos como si fuesen dueños de un estudio de interiorismo, conducen un coche de lujo por las calles de Miami. Uno de los agentes sostiene un arma. Es de noche. Las luces de la ciudad se reflejan sobre la carrocería negra y brillante. También vemos girar una de las ruedas traseras del auto, todo ello mientras suena In the Air Tonight de Phil Collins. El coche se detiene junto a una cabina telefónica. Uno de los policías hace una llamada. Habla con su exesposa, que está dándole la cena al hijo de ambos, y le pregunta si lo que hubo entre ellos dos fue verdadero. «Claro que lo fue», dice la mujer. Él pone cara de circunstancias, cuelga y sube al auto, que reanuda la marcha. Nadie habla, la música de fondo lo hace por ellos. Cuando el coche se detenga, comenzará el desenlace de su misión: atrapar a un narco colombiano culpable de la muerte del hermano del policía que empuñaba el arma. No lograrán detenerlo pero, para compensar, la secuencia sentará las bases de una nueva manera de hacer televisión.

Casi tres décadas después de su estreno el 16 de septiembre de 1984, Corrupción en Miami ha envejecido para pasar a ser una caricatura de sí misma. Le ha ocurrido lo que a muchos otros elementos que quisieron definir culturalmente aquellos años. La serie funciona muy bien como ensayo acerca de una época en la que el telón de acero parecía indestructible, Reagan era el presidente de Estados Unidos y Margaret Thatcher gobernaba Inglaterra con mano dura para que la clase trabajadora no se le subiera a la chepa. El ejecutivo de televisión Brandon Tartikoff le pide a sus productores una versión de Canción triste de Hill Street diseñada para el público que ve la MTV. Anthony Yerkovich le ofrece un proyecto que lleva años puliendo. Ahora, Miami será el escenario y los protagonistas, dos polis especializados en luchar contra narcos (nada de prostitución o pornografía, please). Sus perfiles psicológicos serán más bien pobres y los diálogos llegarán a dar risa, al igual que algunas situaciones de las tramas. Pero el uso del color será espectacular, la música tendrá más importancia que los diálogos y la imagen será el factor determinante. En cuestión de semanas, la serie se convertirá en un fenómeno. 

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