Murcia Plaza

LIBROS PARA UN BANQUETE

Cocina perversa con Sade, Calígula y Flaubert

¿Entraría en la categoría de la depravación el hurto de un libro de cocina? Lo digo —y con ello confieso el delito— porque tengo el ejemplar de Una cena con Calígula. El libro de la cocina depravada que pertececía a Sergio Mendoza y no lo pienso devolver. Tampoco creo que saque mucho tiempo para leer entre que juega a los albañiles y se la juega con su nuevo proyecto. Allá por finales de los años noventa Medlar Lucan y Durian Gray firmaron una publicación (editada en España por Alba Editorial) en la que la fina —fina de servilleta de bar o copo de bonito— línea entre sabroso y obsceno se diluían. The Decadent Cookbook, en su título original, es un ensayo y libro de recetas imposibles repleto de grandes nombres de la cultura occidental, costumbres bárbaras y desmesuras en torno a la mesa de los personajes más decadentes. El tono es humorístico y el rigor, presumimos que exhaustivo.

«Otro plato para los intrépidos. Los flamencos resultas difíciles de encontrar fuera de África, al menos en los zoos. Pero los invitados apreciarán el esfuerzo, y puedes hacer cosas muy emocionantes con las plumas». La receta concluye con un «Se puede utilizar la misma receta para el loro», y entre sus ingredientes hay cilantro, cebolletas, vinagre, menta y ruda. Con una visita al Mercat Central y otra al Bioparc tienes todo lo necesario para cocinar un estofado que en su día, sirvió Marco Gavio Apicio EL GATRÓNOMO romano del siglo I, al que se le atribuye De re coquinaria, una de las fuentes principales sobre la gastronomía en los tiempos de los antiguos romanos. El digestivo elegido para el banquete romano es un vino de rosas o violetas que cualquiera puede hacer en casa en siete días. Solo requiere de una bolsa de lino, un vino no muy agresivo para la base y «los pétalos mejores y más frescos».

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