MURCIA. Era el bar donde todo el mundo sabía cómo te llamabas. El local con los camareros más amigables, pero también con las lenguas más afiladas. En Cheers, el psiquiatra y el cartero compartían confidencias y, así, la serie por la que nadie daba un céntimo se convirtió en un éxito mundial.
Los telespectadores se quejaban de que las risas que se escuchaban en cada capítulo eran demasiado estridentes, así que pedían una y otra vez que se redujera su volumen, asumiendo que eran risas pregrabadas. Pero las carcajadas no eran pregrabadas, eran espontáneas. Cheers se grababa con público invitado en el estudio. Los guiones estaban llenos de diálogos punzantes y frases brillantes, tanto que uno de sus más rendidos admiradores, el escritor Kurt Vonnegut, llegó a decir que hubiese preferido escribir la serie en lugar de cualquiera de sus novelas. Muchos de los diálogos estaban inspirados en conversaciones reales escuchadas en bares por los guionistas. Y aunque Cheers podría ser descrita como una comedia de situación ambientada en un bar, era mucho más que eso.
A lo largo de sus once temporadas se reveló como un agudo estudio del comportamiento humano, una radiografía social en la que la búsqueda del amor y la dificultad para conservarlo una vez conseguido eran el motor de la trama. El bar como refugio en el que compartir problemas existenciales con otros parroquianos. El bar como posible punto de encuentro con otras personas en busca de compañía. El bar como salón de terapia colectiva. Era imposible que Cheers no triunfara. Pero necesitó su tiempo. Al estrenarse, en septiembre de 1982, obtuvo unos resultados de audiencia pésimos, aunque las críticas fueron espléndidas. Ese mismo año ganó su primer Emmy, así que la cadena NBC decidió que había que tener paciencia.
Cheers se estrenó en España el 13 de octubre de 1989 en A mi manera, el programa vespertino que entonces presentaba Jesús Hermida en La 1, y luego iría dando saltos hasta llegar a TeleCinco, que emitió sus temporadas finales. Su protagonista era Sam Malone (interpretado por Ted Danson, que estudió durante dos meses en una escuela de camareros para dar bien la talla), una exestrella del béisbol, ligón empedernido que exhibió pelazo hasta que hacia el final de la serie tuvo que empezar a disimular su incipiente calvicie. Su antiguo entrenador, Ernie Pantusso, trabajó con él, hasta que la muerte del actor que lo interpretaba, Nicholas Colasanto, hizo desaparecer al personaje en la tercera temporada.