Durante los ejercicios internacionales REPMUS 2025, celebrados en aguas portuguesas bajo organización de la OTAN, las compañías tecnológicas españolas SAES, con sede en Cartagena, y Satlink han conseguido validar el sistema Ocean Sentinel, especializado en vigilancia marina y defensa frente a amenazas bajo el agua. En esta edición, la colaboración de la Armada permitió el despliegue de un conjunto de boyas inteligentes Ocean Sentinel, que demostraron su eficacia operativa en la detección temprana de riesgos submarinos en un escenario multinacional real.
Los ejercicios REPMUS destacan por ser el mayor referente internacional en experimentación naval con sistemas no tripulados, convocando cada año a fuerzas aliadas, empresas del sector y centros de investigación para poner a prueba nuevas tecnologías en situaciones próximas a la realidad de la operación marítima. El foco principal reside en la interoperabilidad y la integración de herramientas avanzadas de mando y control.
Las boyas Ocean Sentinel, equipadas con hidrófonos pasivos que actúan como micrófonos subacuáticos, fueron capaces de registrar en tiempo real sonidos del entorno marino y detectar la presencia de posibles amenazas como buques, procesando los datos en la propia boya mediante tecnología de edge computing. Así se generan alertas inmediatas ajustables de forma remota según las necesidades de cada misión, con independencia de la ubicación gracias a la conectividad satelital incluida.
Estas características refuerzan el potencial de Ocean Sentinel para proteger infraestructuras críticas, vigilar accesos estratégicos y aportar valor a la seguridad naval en misiones tanto nacionales como internacionales. En el marco de REPMUS 2025, las boyas se integraron dentro del sistema de mando y control NAIAD-SCOMBA de Navantia, compartiendo sus hallazgos acústicos junto a más de 15 vehículos no tripulados y sumándose a la operativa de vigilancia antisubmarina aliada.
Ha sido esta de Portugal la ocasión perfecta para poner a prueba las capacidades de Ocean Sentinel tanto en el ámbito militar como civil.

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El sistema está diseñado para identificar y mitigar amenazas tanto en la superficie como bajo el agua, ofreciendo a las fuerzas militares y de seguridad un enfoque avanzado y económico para proteger nuestras aguas.
A simple vista, Ocean Sentinel es un conjunto de boyas. Pero en realidad es mucho más: una red distribuida e inteligente que funciona como un sistema de alerta temprana, equipado con tecnología acústica de última generación. Es como poner un oído experto en puntos estratégicos del mar, capaz de detectar movimientos extraños y alertar en tiempo real.
Tal y como explicábamos unas líneas más arriba, cada boya está equipada con hidrófonos -los "micrófonos" del mundo submarino- que captan sonidos del entorno marino, los procesan localmente con tecnología edge computing y envían la información por satélite a un centro de control remoto. Allí, se analizan los datos y, si es necesario, se activa la alerta. Sin cables, sin infraestructuras pesadas. Solo el mar, las boyas... y mucha tecnología.
Ocean Sentinel se adapta a múltiples escenarios. Desde proteger zonas costeras y puertos frente a intrusiones submarinas -como drones, submarinos o incluso buceadores-, hasta detectar embarcaciones no autorizadas, como pateras o narcolanchas, en áreas de alto tránsito.
Y es que el sistema se puede configurar según el tipo de amenaza. Gracias a su diseño modular, es posible cubrir desde infraestructuras críticas hasta zonas donde hay riesgo de entrada de embarcaciones ilegales. El sistema también puede integrarse con el sónar activo de detección de buceadores de SAES (DDS), capaz de detectar amenazas humanas o vehículos subacuáticos hasta 500 metros de distancia.