El próximo martes 23 de septiembre la calle Puerta de Murcia acogerá la presentación de la firma Koker, que inaugura su primera tienda en la Región, y lo hará con una madrina de lujo, la camaleónica periodista de televisión, Lydia Lozano.

El local elegido tiene historia, memoria y hasta un poso de nostalgia: allí estuvo Pequeña Moma, la marca cartagenera que dejó huella en muchas clientas fieles. Y es que este regreso del espacio al mundo de la moda no solo abre una nueva etapa, también busca honrar la anterior. Tanto es así que varias de las trabajadoras de Pequeña Moma se incorporan al equipo de Koker, manteniendo vivo un lazo emocional con la ciudad.

Fundada en 2014 por la diseñadora Priscilla Ramírez, Koker ha pasado en apenas una década de ser un proyecto ambicioso a convertirse en una firma de referencia con más de 80 tiendas en 11 países.  La verdad es que esa mezcla de frescura y estilo ha seducido a figuras muy reconocibles, desde Anne Igartiburu hasta Belén Esteban, pasando por Lucrecia o Rosa López. Ellas han convertido a Koker en una marca habitual de platós, alfombras rojas y redes sociales. Ahora, esa misma propuesta aterriza en Cartagena con la ambición de conquistar a un público que valora la moda cercana y auténtica.

La elección de Lydia Lozano como embajadora no es casual. Con su estilo alegre y su capacidad para conectar con la gente, la periodista aporta visibilidad, pero también calidez. Su presencia es un guiño al público femenino que sigue con atención no solo lo que se dice en televisión, sino también lo que se viste. “Lydia representa a la mujer real, con personalidad y con ganas de divertirse con la moda”, explican desde la firma.

La inauguración del martes tiene, por tanto, un doble significado: por un lado, el desembarco oficial de una firma internacional en Cartagena; por otro, la reactivación de un espacio muy querido, que vuelve a latir con fuerza tras la despedida de Pequeña Moma. Para muchas cartageneras será inevitable la comparación, pero la apuesta de Koker por mantener parte del equipo anterior suaviza esa transición y lanza un mensaje claro: respeto a lo que ya existía, pero con la energía renovada de una marca global.