Cartagena

El Rey visita el S-81 mientras crecen las protestas laborales en Navantia Cartagena

  • Protesta en las puertas de Navantia de trabajadores y empleados de la industria auxiliar este miércoles
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El Rey, Felipe VI, ha anunciado que este próximo lunes acudirá a las instalaciones militares que la Armada posee en Cartagena para visitar el S81, ya en fase operativa, y conocer qué pasos son los siguientes para el principal arma submarina de la Armada en toda su historia. El primero de los sumergibles de la serie S-80, construido íntegramente por Navantia, ha llevado a cabo algunas maniobras internacionales y ha navegado hasta Ferrol recientemente dentro de su proceso de adecuación de todos sus procesos con su tripulación a bordo.

Felipe VI conocerá, además, cómo transcurre el proceso de construcción del resto de submarinos de la serie. El S-82, Francisco Monturiol, tiene previsto su puesta a flote para este verano en aguas de Cartagena, aunque el mismo ha ido sufriendo diferentes retrasos, como ha ocurrido con sus ‘hermanos’ el Cosme García (S83) y Mateo García de los Reyes (S84), ambos en fases mucho menos avanzadas.

La construcción y entrega de cada uno de los cuatro submarinos que Navantia construye para la Armada española se han convertido en una carrera de obstáculos casi interminable, tanto para la empresa pública española, consciente que este proyecto -además de pérdidas millonarias- es una piedra de toque para evaluar su capacidad para vender el producto al extranjero, como para la defensa de España, que se encuentra demasiado limitada en recursos del arma submarina. Desde el Gobierno de España han advertido en los dos últimos años de la necesidad de no tener más contratiempos y ajustarse lo máximo posible a los últimos plazos en construcción y entrega, algo poco probable.

Pero, en este problema mucho tiene que ver la empresa pública española, que trata de conciliar el trabajo contra reloj, el inmenso volumen de compromiso que ha hecho y tiene por hacer, con los problemas laborales que le afectan de forma directa tanto a sus trabajadores -una plantilla formada por más de 1.200 empleados- como a la industria auxiliar que está dedicada, casi en cuerpo y alma, a la puesta en marcha del proyecto S80 desde hace años.

Desde el pasado mes de abril los trabajadores de la plantilla y auxiliar vienen protestando a las puertas de la factoría por unas reivindicaciones que no son solventadas por la empresa pública española. Eusebio Ángel Martínez Conesa, presidente del Comité de Empresa de Navantia Cartagena, denuncia una situación de bloqueo que se prolonga desde hace más de dos años y que lastra, por tanto, la capacidad de respuesta de la plantilla en los objetivos previstos por la empresa. Están aplicando medidas de cumplimiento estricto del convenio porque no se han hecho las promociones previstas ni la reclasificación de puestos de trabajo. Tienen el primer convenio colectivo pendiente de desarrollar “y lleno de incumplimientos. Llevamos tiempo reclamando una nueva prórroga o un segundo convenio, pero Recursos Humanos lo ha echado para atrás dos veces. En diciembre, por segunda vez, lo rechazamos los trabajadores”.

Martínez Conesa lamenta además la falta de planificación en materia de recursos humanos: "No hay plan de empleo, ni de entradas ni de salidas. La plantilla es insuficiente y seguimos esperando el abono de cantidades atrasadas que nos corresponden. Mientras tanto, nos dan lo mismo de siempre, apenas un poco más”.

Respecto a la industria auxiliar, también mostró su apoyo: “Hay un nivel de subcontratación muy elevado. La industria auxiliar es necesaria, pero no puede haber tantos trabajadores sin el plus de astillero que sí se cobra en otros centros de Navantia. Muchos cobran el salario mínimo, sin estabilidad: hoy trabajan en un barco, mañana los cambian de empresa y desaparecen, y con ellos su conocimiento. No se subroga a nadie, no se forma a nadie nuevo, y el convenio sigue sin cumplirse. Necesitamos ya una prórroga y que nos abonen todo lo que nos deben”.

Antonio José Conesa Palacios, presidente de la Unión de Empresas Auxiliares de Navantia, confirma que las movilizaciones continuarán las próximas semanas: “Como ya dijimos hace semanas, seguimos con la lucha. Paramos todos los miércoles y esto va a continuar todo el mes de mayo. El ambiente es tenso desde hace tiempo y lo que ha ocurrido hoy es solo una muestra de lo que se vive aquí”.

Conesa reivindica que se equiparen las condiciones laborales con las de otros astilleros del grupo: “Queremos que se nos trate por igual. No pedimos ser más que nadie, pero llevamos muchos años siendo menos. Estamos orgullosos de que Navantia se haya sumado a esta lucha. Queremos el mismo convenio, los mismos pluses, las mismas condiciones”.

Sobre futuras acciones, anunció: “Tenemos previsto acudir a la Asamblea Regional el martes 27 de mayo, junto con compañeros de la refinería y de Sabic. Iremos allí a hacernos oír”. 

La visita del Rey a Cartagena pondrá el foco mediático en el submarino S-81, buque insignia de la Armada y símbolo de la ambición tecnológica de España, pero también servirá de escaparate de las tensiones que rodean al proyecto S-80. Mientras el país exhibe el avance de su principal arma submarina, trabajadores de Navantia y de su industria auxiliar mantienen vivas sus reivindicaciones laborales, denunciando incumplimientos y precariedad en un contexto de exigencia máxima.

Coincidirá la llegada de Felipe VI, por tanto, con una doble realidad: la del éxito técnico y estratégico de una serie de submarinos de diseño propio y la de un modelo de producción marcado por los retrasos, la falta de planificación y un conflicto laboral enquistado que amenaza con afectar el cumplimiento de los plazos y, en consecuencia, la credibilidad del programa en su conjunto.

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