El precio de la vivienda en Cartagena sigue encareciéndose mes a mes. Actualmente, según el último informe de Idealista, el precio medio del municipio es de 1.488 €/m2, un 21% más que en julio del año pasado. La costa, sigue siendo la zona más cara. La flexibilidad del teletrabajo y el buen tiempo que se disfruta durante gran parte del año han revalorizado el atractivo de esta zona.

Los Belones, muy cercano a La Manga y Cabo de Palos, se ha encarecido un 51,6%, costando 2.021€/m2. Otra zona cercana, Mar de Cristal e Islas Menores, también se ha encarecido un 24%, costando de media 1.656 euros. Precios por encima de la media del municipio, aunque por debajo de la zona más cotizada de Cartagena, el casco antiguo (1.965 €/m2), que se ha encarecido un 5,6%.

Por su parte, Perín es una de las zonas alejadas del casco urbano pero que cotiza al alza, costando por encima de los 2.000 euros el metro cuadrado, pese a que se ha devaluado un 2%.

Unos precios que, como en el resto de la Región y de España, afecta especialmente a los jóvenes. Un segmento de la población al que le falta tiempo para acceder a la vivienda por los precios altos y la falta de ahorro. La realidad para emanciparse en España sigue siendo complicada: una persona joven necesita destinar más del 90 % de sus ingresos para pagar el alquiler de una vivienda completa y más del 35 % para acceder, en el mejor de los casos, a una habitación en un piso compartido. A pesar de ligeras mejoras en el mercado laboral, el 30 % de la población joven continúa en riesgo de pobreza o exclusión social, según el último Observatorio de Emancipación elaborado por el Consejo de la Juventud, publicado esta semana.

En la Región de Murcia, las cifras son incluso menos alentadoras. Solo el 14,3 % de los jóvenes entre 16 y 29 años vivía fuera del hogar familiar en el primer semestre de 2024, según el Observatorio de Emancipación. Esto supone una caída de 6,56 puntos porcentuales respecto al mismo periodo de 2023, el mayor descenso registrado en toda España.

Estos datos se juntan en el tiempo con un aumento de la tasa de paro juvenil, que sitúa a la Región como la quinta comunidad con mayor desempleo entre menores de 30 años. A ello se suma un salario mediano sensiblemente inferior al promedio nacional, que, aunque acompañado de alquileres algo más bajos, no compensa el menor poder adquisitivo. Para los jóvenes de la Región, independizarse implica un esfuerzo económico casi imposible: deben destinar una parte abrumadora de sus ingresos para afrontar el coste del alquiler.