Conseguir una licencia para vender en los mercadillos de Cartagena en 2025 ha sido, una vez más, una carrera de obstáculos. Aunque 325 vendedores han logrado sortear el papeleo y mantener su sustento, siete se han quedado fuera por deudas, trámites olvidados o exigencias tan insólitas como la calibración de una balanza. Lo que parece un simple puesto entre toldos es, en realidad, el resultado de meses de esfuerzo y burocracia.

El Ayuntamiento de Cartagena ha dado el visto bueno a 325 licencias de venta para la temporada 2025. La resolución, firmada el 26 de junio, trae alivio a cientos de familias que viven al filo de la economía informal. No obstante siete vendedores ven cómo sus puestos se esfuman entre deudas, papeles perdidos y requisitos imposibles.

Los vendedores ambulantes debían demostrar, además de solvencia económica, certificados de manipulador de alimentos, seguros de responsabilidad civil vigentes, calibración de balanzas y hasta permisos de residencia. Todo ello, presentado en los dos primeros meses de 2025.

Así los datos, 325 supervivientes lograron sortear el laberinto de requisitos. Entre ellos, vendedores que sostienen hasta seis puestos simultáneos en distintos mercadillos, tejiendo redes de subsistencia entre Cabo de Palos, Los Dolores y San Javier.

Por otro lado, 7 excluidos caen por tres grietas: deudas con el ayuntamiento, impagos a la Seguridad Social o simplemente... no presentar la solicitud a tiempo. La cruda verdad es que un recibo olvidado puede tumbar meses de esfuerzo.