Iniciar un viaje a la Antártida con un barco de 12 metros puede parecer una hazaña poco realista y solo digna del cine, pero ya es sabido que la realidad supera la ficción. Y es que no solo ha ocurrido, sino que el protagonista de esta historia, Paco, ha llegado este viernes a Cabo de Palos tras partir con su pequeño velero hace tres meses.
La aventura comenzó en Málaga, desde donde un intrépido navegante italiano zarpó rumbo a Sudamérica. En su travesía recorrió lugares como Buenos Aires, Río de Janeiro y Cabo de Hornos en Chile, hasta alcanzar las gélidas aguas de la Antártida. Sus amigos siguieron el mapa de su travesía a través de una aplicación con algo de escepticismo: "Pensé que no volvería", confiesa uno de ellos.
Para celebrar el gran hito, este viernes han recibido su llegada con barcos y también cientos de vecinos en tierra, como antes se hacía en Cabo de Palos con los grandes marinos. Cabe recordar que antiguamente la llegada de grandes embarcaciones destacadas era todo un acontecimiento para la localidad.Vecinos y autoridades se congregaban en el puerto para recibir a los navegantes, en ocasiones con pequeñas celebraciones populares, vítores, música e incluso embarcaciones más pequeñas que salían a su encuentro mar adentro para escoltarlos hasta tierra firme.
Y no es para menos. Paco logró superar uno de los tramos más peligrosos del planeta: el temido Cabo de Hornos. Navegar por esta zona, ubicada en el extremo sur de América, significa enfrentarse a vientos huracanados, olas gigantescas y la amenaza constante de icebergs.
A pesar de ello, y sin el respaldo de una gran embarcación o una tripulación experimentada, ha conseguido lo que muchos solo sueñan: atravesar uno de los puntos más temidos de la navegación. Navegar en estas aguas sigue considerándose uno de los mayores retos náuticos del planeta, motivo por el cual se celebran allí prestigiosas competiciones como la Vendée Globe, una regata de vuelta al mundo en solitario.