VALÈNCIA. Cuenta Darwin en 'El origen de las especies' que los sujetos de una población varían de forma considerable de unos a otros. Dentro de esa especie, podemos encontrar sujetos débiles y con deficiencias y seres fuertes y adaptados. No siempre es fácil separar unos de otros a simple vista, pero lo que parece probable es que los segundos permanecerán más tiempo que los primeros y previsiblemente con mejores resultados. Los individuos con mejores habilidades y características se reproducen y mantiene a la especie en su conjunto sólida y mejorada.
Por otro lado, algunos sujetos cometen errores letales -o no tan dramáticos-, de los cuales el resto de los individuos aprenden y mejoran, por lo que el error individual podría decirse que es bueno para el conjunto por esa adquisición de conocimiento. Incluso los entes más inteligentes pueden cometer errores, e incluso a veces, los peores.
Por todo ello seleccionar qué sujetos tendrán una esperanza de vida superior, cuáles cometerán menos errores o cuáles serán más fuertes o débiles se antoja bastante complicado sino imposible. Sin embargo, las poblaciones se mantienen a lo largo de los siglos, evolucionan y mejoran. Adquieren aprendizaje de los individuos para la mejora colectiva y son estables.
Ahora cambiemos la palabra especie/población por índice (como conjunto de acciones) e individuo/sujetos por una acción concreta. Sintetizando:
- Es difícil saber qué empresa lo hará mejor y su duración
- Las empresas individuales cometen errores de las que el resto aprende
- El conjunto es estable y evoluciona
- El individuo muere
- La población sobrevive
Diversificar nos hace tener en cartera las gallinas de los huevos de oro. También las empresas que caen y desaparecen. Pero en general, el conjunto mejora y aprende constantemente y, lo que es más importante, sobrevive.
Agustín Galbis es analista financiero