CARTAGENA. No es, ni mucho menos, un asunto nuevo, aunque sí lo parece para Cartagena. Todos conocemos, principalmente en el ámbito deportivo, como grandes instalaciones -palacios de los deportes o campos de fútbol-, aunque también haya llegado hasta las paradas de metro o a los teatros, llevan junto a su nombre original el de un patrocinador comercial que, de forma temporal, aporta su marca a cambio de una retribución económica que acaba en las arcas del dueño de la instalación, ya sea club deportivo, cultural o la administración pública. Esta práctica, conocida como naming right (en castellano, "derechos para nombrar") es habitual en todo el mundo se ha adaptado a la perfección en nuestro país.
En Cartagena se ha planteado esa opción en espacios municipales y en estos momentos está abierta la consulta pública que así lo refleja. El pasado mes de diciembre, recordemos, la Junta de Gobierno, a propuesta de la Alcaldesa, promovía la modificación del reglamento de protocolo, honores y distinciones del Ayuntamiento de Cartagena. En la misma, entre otras medidas, se aborda las nominaciones de patrocinio comercial de determinadas instalaciones o espacios municipales, previendo especialmente los casos en los que ya tengan una denominación honorífica. Todo ello de acuerdo con la ordenanza de patrocinio que se está elaborando por parte del Ayuntamiento. Al margen de las nominaciones comerciales de patrocinio quedarán los edificios o instalaciones que sean sede de organismos municipales.
Esta medida podría generar ingresos adicionales para las arcas municipales, permitiendo financiar proyectos que de otro modo no serían viables. Además, ayudaría a mantener o mejorar infraestructuras municipales sin aumentar impuestos o recurrir a otras fuentes de financiación pública. En algunos casos, hasta podría incrementar la visibilidad de eventos o actividades patrocinadas, a la vez que promover la participación de empresas en el desarrollo local y fortalecer la conexión entre el tejido empresarial y la comunidad.
Por el contrario, la dependencia económica de patrocinadores privados, llevaría a condicionar ciertas decisiones municipales y el riesgo de no garantizar transparencia en los acuerdos de patrocinio. Si el reglamento establece que las nominaciones deben respetar criterios históricos, culturales o de relevancia local, la propuesta podría generar polémica o requerir modificaciones legales. Los ciudadanos podrían percibirlo como una "privatización simbólica" de espacios públicos, especialmente si los nombres comerciales no tienen relación con la identidad local.
Es un tema que habitualmente genera debate porque implica un equilibrio entre la obtención de recursos económicos y preservar la identidad o el carácter público de dichos lugares.
Consenso para los títulos de hijos predilectos, adoptivos y medallas de oro
Por otro lado, el nuevo reglamento de protocolo pretende que las propuestas de los títulos de hijos predilectos, adoptivos, medallas de oro y cronistas oficiales, contengan el mayor consenso posible, dado que son distinciones que están delimitadas en cuanto a su número durante la legislatura. De este modo se pretende que las iniciativas sean acodadas en la Junta de Portavoces, antes de su formulación en el Pleno por la Alcaldía o los grupos municipales. Por otro lado se quiere incluir en el Reglamento la concesión de premios anuales que se conceden por determinadas áreas de Gobierno, regulando los procesos de convocatoria, participación ciudadana de las propuestas y composición de los jurados que los otorguen.
