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Murcia versus Cartagena: historia de una rivalidad

9/06/2021 - 

CARTAGENA/MURCIA. Pocas rivalidades están más arraigadas en la historia que las de Murcia y Cartagena. Según algunos documentos, en torno al año 1.254 ya existía una rivalidad entre ambas poblaciones, siempre en disputa por el dominio territorial de una región, que terminó, con estatuto de autonomía de 1982, erigiendo a Murcia como la capital de la Región. Desde entonces, la rivalidad entre Murcia y Cartagena se ha mantenido con más o menos fuerza.

“Ha habido momentos en los que el centralismo en la Región ha sido muy fuerte en Murcia. El traslado del obispo de Cartagena a Murcia siempre ha generado una disputa. Después, en mi opinión, esta rivalidad ha sido fomentada por algún partido político de Cartagena”, señala Ricardo Montes, presidente de los Cronistas Oficiales de la Región de Murcia. “Existe la sensación de que no hay un reparto justo de la riqueza de la Región”, afirma por su parte Juan Ignacio Ferrández, cronista oficial de Cartagena. “Esa rivalidad es común cuando dos ciudades se disputan un territorio. Ahora esa rivalidad ya no existe porque la posición de dominio de Murcia respecto a Cartagena es muy grande”, señala Luis Miguel Pérez Adán, cronista también de la ciudad trimilenaria.

Los cronistas coinciden en señalar que un problema de base fue la imperfección del estatuto de autonomía creado en los primeros años de la democracia en España tras la dictadura del general Franco. “Los políticos actuaron muy mal. Se podía haber creado una Región más grande. Nos quedamos con una comunidad mucho más pequeña. Con la anexión, en su momento, de Albacete, Cartagena podría ser una provincia, se tendrían unas diputaciones, más dinero y más peso en el conjunto de España”, señala Montes. “Con otro nombre para la Región de Murcia, el cartagenero se hubiera sentido más representado”, afirma Ferrández. “El origen de todo es el estatuto de autonomía”, añade Pérez Adán.

La rivalidad existente, inevitablemente, ha tenido tintes políticos que en los últimos años ha vuelto a poner de relevancia ciertas reclamaciones de Cartagena, que se ha sentido de alguna forma víctima por determinadas decisiones como que el Corredor Mediterráneo pasara por Cartagena, o el último episodio respecto a la ciudad de la Justicia en Cartagena. “En mi opinión, Movimiento Ciudadano ha creado un mal ambiente. A veces con razón, otras sin razón”, afirma Montes. “La rivalidad, o el malestar, no es del cartagenero con el murciano. Es del cartagenero con la administración regional y el político de Murcia”, señala Ferrández. “Es así. Quién maltrata a Cartagena es la administración. Solo hay que mirar el reparto en los presupuestos regionales para ver que no se trata con la consideración debida a Cartagena. La Región de Murcia es una comunidad muy centralista. “El político de Cartagena, además, siempre ha tenido supeditación a la organización regional, que está en Murcia. Si te movías…No salías en la foto”, secundan Ferrández y Pérez Adán. “Yo no creo que esa rivalidad, o desapego, sea de toda Cartagena. Es de una parte de Cartagena respecto a Murcia”, opina Montes.

 “Yo creo que ha habido gestos hacia Cartagena de cariño. Es cierto que el Gobierno regional está en Murcia. Es posible que, además de la Consejería de Turismo, debería estar alguna más en Cartagena”, señala Montes. Desde Cartagena la visión es distinta. “El político murciano no puede tener nada contra Cartagena porque lo tiene todo. Insisto que siempre hay que diferenciar entre el murciano y la administración. Mientras una ciudad crece, Murcia, la otra, Cartagena, va a peor. En Murcia no han necesitado nada porque siempre lo han tenido todo”, afirma Ferrández. “No todo es culpa de la administración de Murcia. El cartagenero también debía mirar en qué ha fallado”, advierte Pérez Adán.

¿Cómo solucionar este problema? Difícil cuando, según la opinión extendida desde la ciudad portuaria, el problema de base reside en el nombre de la Región. “El propio nombre de la Región es un problema. Murciano es el gentilicio de la ciudad de Murcia y de la Región y eso en Cartagena no gusta. Es un problema de difícil solución porque no se va a querer cambiar el nombre. La clase política de Murcia, además, está cómoda con ‘dos’ ayuntamientos, el regional y el de la ciudad”, concluye Ferrández. “Es un problema identitario de difícil solución. Ahora cada vez más se identifica a la Región con Murcia y eso al cartagenero no le cala, le cuesta asimilarlo. Cuando nace Cantabria, Revilla peleó mucho para que no sucediera lo mismo con Santander y se le llamó Cantabria, no Santander a la comunidad. La provincia histórica es Cartagena, no Murcia. En el estatuto se propuso en su momento Región Murciacartaginesa. El problema, o la rivalidad, tiene difícil solución”, secunda Pérez Adán. La rivalidad sigue un año más en el día de la Región.

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