Uno de los productos elaborados por Marnys. Foto: ABEL F. ROSCARTAGENA. A comienzos de este próximo 2020 la empresa cartagenera Marnys tendrá listas y a pleno rendimiento las nuevas instalaciones ,que suponen uno de sus grandes proyectos tras 51 años de vida.
La firma, dedicada al desarrollo y producción de productos naturales como complementos alimenticios, nutrición deportiva y cosmética natural, entre otros, pasará de los 12.500 metros cuadrados con los que actualmente cuenta en el polígono de Los Camachos de la ciudad portuaria, a los 23.500 metros cuadrados en poco más de un mes. Trata, de esta manera, de dar respuesta a la emergente demanda que le surge de mercados tan importantes como el norteamericano, el chino, indio y alemán, donde han extendido sus redes comerciales.
Con una facturación anual que ronda los 30 millones de euros, la firma dirigida por Roberto Martínez Moeckel ha conseguido introducirse en los tres últimos años en mercados con una creciente demanda de productos relacionados con el bienestar y la belleza, de los que son una referencia puntera a nivel internacional.
Para eso, Marnys posee uno de los laboratorios más completos y avanzados de Europa, la ‘niña bonita’ de Martínez, que cuida y perfecciona constantemente. Así, trabajan de forma minuciosa la preparación analítica, I+D+i (donde hay hasta 60 personas trabajando y un crecimiento en su inversión en el último año de un 40%). Pero también cuentan en sus instalaciones con laboratorios de microbiología, análisis instrumental, para verificar la pureza e identidad; de evaluación sensorial y de pruebas físico químicas empaquetado; administración y distribución. La planta cuenta con 150 personas -el 62% mujeres- incluyendo ingenieros, farmacéuticos o bioquímicos.
"Nuestro crecimiento ha sido sostenido", explica el director general. "Somos una empresa familiar y con una visión siempre de futuro. Una firma no se construye de un día a otro. En la actualidad nos vemos contaminados por la burbuja tecnológica, pero una empresa de la economía real necesita mucho tiempo para transmitir una forma de trabajar", añade Martínez, quien considera que "el equipo humano con el que contamos y muchas horas de trabajo son las claves para poder encontrarnos en este punto".
"La búsqueda por la calidad ha sido siempre uno de nuestros referentes. Mi madre es de origen alemán y esa forma de hacer y de trabajar germana ha estado muy presente en la compañía. Nos ha ayudado a trasladar estos valores". Apunta que uno de los aspectos diferenciadores con un buen número de competidores en su sector es "nuestro alto componente tecnológico".
La planta en la que trabajan cumple con todos los estándares farmacéuticos, "porque tenemos las mayores certificaciones posibles (GMP, SGS, IFS, ISO 9001:2015, OEA, US FDA, COSMOS ORGANIC Y COSMOS NATURAL)”.
Más de 400 productos, que van de vigorizantes naturales para la salud sexual en países árabes, a la nutrición deportiva pensada para la élite o deportistas amateur, su cliente es amplio, tanto que cubre todo el espectro de la población. Las mujeres, con una media de edad entre los 35 y los 55 años, son el segmento principal de la empresa, pero existe una línea de productos júnior, cremas y aceites pensados para las más jóvenes, una línea deportiva e incluso para personas mayores para la salud de huesos y articulaciones.
La empresa colabora con instituciones y cátedras en diferentes universidades como la UCAM y la UPCT, entre otras. Uno de los estudios que vienen llevando a cabo está relacionado con los deportistas de élite. Tras dos años de investigación, están a punto de conocer los resultados definitivos de un ingrediente de calidad farmacéutica llamado Beta3 Formax, una beta alanina (aminoácido natural), que aporta más intensidad en el esfuerzo físico, pero con una liberación sostenida en sangre durante seis horas, para evitar crisis o picos durante la actividad.
Por último, cabe reseñar que la empresa cartagenera cuenta desde este pasado verano con una instalación fotovoltaica de autoconsumo -instalada sobre sus instalaciones- que evita una emisión anual de 440 toneladas de CO2 a la atmósfera y que genera 1.250.000 KWh/hora.
