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Los Salzillos comienzan a votar y los cofrades ven otro intento de arrebatarles su patrimonio

La Consejería de Salud aún no ha autorizado las elecciones previstas para el día 8

2/09/2020 - 

MURCIA. El Obispado de Cartagena ha comenzado a recibir los primeros votos presenciales y por correo para las elecciones a la presidencia de la cofradía Nuestro Padre Jesús (Los Salzillos), convocadas para el 8 de septiembre a pesar de que la Consejería de Salud aún no las ha autorizado. Para recibir los primeros votos, el obispo Lorca Planes ha ordenado la instalación de al menos cuatro mesas en el palacio de la plaza Cardenal Belluga.

Es difícil que la Dirección General de Salud Pública autorice la celebración de las elecciones, una decisión que, en cualquier caso, aún no ha comunicado oficialmente a pesar de que se le reclamó urgencia.

Fuentes de las dos candidaturas que pugnan por sustituir a Antonio Gómez Fayrén señalan que esta “sorprendente convocatoria de elecciones” y la previsible decisión de desautorizarlas, sea utilizada por el obispo como coartada para designar su propio candidato. Para ello, el obispo podría utilizar los argumentos de que ya se ha intentado al menos en dos ocasiones la convocatoria electoral y no habría sido posible, y que tendría que tomar una decisión de urgencia para que la Cofradía. que cuenta con unos tres mil hermanos, sea gestionada por un nuevo presidente.

Las fuentes consultadas apuntan también que si no fuera autorizado el acto del voto presencial, el obispo podría tomar una decisión sobre el resultado de los votos enviados por correo.

La interpretación de algunos cofrades es que el obispo solo aceptaría el resultado del voto por correo en el caso de que los votos fueran favorables al candidato ‘oficialista’.
Detrás de este ‘conflicto’ en torno al futuro de la Cofradía está en juego la independencia de Los Salzillos y la propiedad de su valioso patrimonio.

Hermanos de la Cofradía de Jesús insisten en que detrás de la compleja batalla que se libra por la presidencia habría un proceso mucho más amplio de inmatriculaciones a favor de la Iglesia de bienes cuya titularidad pudiera pertenecer a entidades públicas o privadas.

El conflicto por la propiedad y las inmatriculaciones

La Iglesia Católica lleva decenas de años inmatriculando bienes (Desde 1946 antiguo artículo. 206 de la Ley Hipotecaria y tras la modificación en 1998 del artículo 5 del Reglamento Hipotecario), y desde 2015, también lo hace con los templos.
La Ley Hipotecaria de 1946 permitió a la Iglesia inscribir cualquier bien, excepto los templos destinados al culto, sin documentación, simplemente con la firma de un obispo, que actuaba prácticamente como un notario. Pese a esa excepción, en los años ochenta se inscribieron numerosas iglesias y ermitas, según recogía hace un año el periódico El País. En 1998 el Gobierno de José María Aznar permitió que también se inscribieran los templos, es decir, legalizó la práctica. El privilegio de la Iglesia estuvo en vigor hasta 2015, periodo durante el que se inmatricularon lugares como la mezquita-catedral de Córdoba por treinta euros.

En la Región de Murcia, y en los últimos veinte años, la Iglesia ha puesto a su nombre 400 propiedades, aunque se desconoce el listado exacto de bienes, que ha sido reiteradamente solicitado desde distintas instancias, como señalaba en agosto de 2019 una información del cronista oficial de Murcia, Antonio Botías, en La Verdad.

La batalla por la titularidad de la Iglesia de Jesús -templo privativo de la Cofradía y sede del Museo Salzillo-, no es tampoco una cuestión nueva. Ha habido numerosos conflictos sobre la propiedad. El primero con los monjes agustinos, titulares de la Iglesia de San Agustín (actual templo de San Andrés). Según recogió en 2003 el catedrático de Historia Juan Torres Fontes en la revista Murgetana de la Real Academia Alfonso X el Sabio, aquel primer litigio se resolvió en 1765 a favor de la Cofradía y se tapió la comunicación entre ambos templos. Posteriormente se sucedieron las disputas también con el Estado durante la desamortización de Mendizábal a final del siglo XVIII.

El papel de Silvestre del Amor

Recientemente, con el nombramiento de Silvestre del Amor como delegado diocesano de Hermandades y Cofradías se inició una nueva etapa. En ella, el nuevo delegado manifestó desde un principio su concepción de la Semana Santa como una realidad espiritual y eclesial, bajo control episcopal y más allá de una  tradición cultural y de una práctica de religiosidad popular: “Si nos centramos en las procesiones y no conseguimos que los miembros de nuestras cofradías se acerquen a esa realidad, el acto de culto que son nuestros desfiles se transformaría en una apostasía y una idolatría y las cofradías serían una escuela de vanidades", en una entrevista publicada por La Opinión de Cartagena en marzo de 2006.

Ha sido preocupación del nuevo delegado este cambio de enfoque, junto con los cambios de Estatutos de las Cofradías en los que fija con claridad que corresponde al obispo “verificar bajo su alta dirección el cumplimiento de los Estatutos”.

El último paso de este elaborado proceso ha sido lograr la aprobación del ‘Decreto general del obispo de Cartagena (24/06/2020) para facilitar el funcionamiento de todas las cofradías de la Diócesis” en el que se regula los procesos electorales de los cargos de gobierno de Hermandades y Cofradías.

Paralelamente el delegado logra que el obispo promulgue un decreto por el que se exige la asistencia obligatoria de “todos los cofrades que tengan una relación directa o indirecta con el patrimonio de las Hermandades o Cofradías” a “Encuentros formativos de cualificación”, como requisito previo e imprescindible para ejercer un cargo en dichas asociaciones de fieles.

El intento finalmente fallido de excluir del proceso electoral de la Cofradía de los Salzillos a representantes de una de las candidaturas que no asistieron a estos actos, fue interpretado por algunos cofrades como un acto que pudiera ocultar el poderoso apoyo de la Delegación a candidatos favorables a la titularidad eclesial del patrimonio privativo de las Cofradías”.

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