MURCIA. La pujanza del sector de las especias en la Región no llega a todas las empresas por igual. Y es que, pese a ser un producto que está en el punto de mira del capital riesgo con varias operaciones de calado en los últimos años, también hay compañías que están sufriendo por mantenerse a flote, como es el caso de la centenaria La Odalisca, que se está preparando para echar el cierre.
Esta empresa pimentonera cuyos orígenes se remontan al principios del siglo XX inició el pasado 25 de mayo el proceso por el cual se declaraba el concurso de forma voluntaria, así como la apertura de la fase de liquidación de la sociedad, que cuyos bienes serán subastados.
Manuel Ramón Rives, quien dirige una firma de abogados con el mismo nombre, será el encargado de gestionar este proceso como administrador concursal, por lo que tratará de obtener la máxima rentabilidad de los activos en venta de La Odalisca para liquidar la deuda.
En total, la deuda acumulada por la sociedad pimentonera José María Fuster Hernández SA ascienden hasta los 2,2 millones de euros, de los que 1,5 millones corresponden a entidades de crédito y otros 500.000 euros a proveedores a corto plazo.
En cualquier caso, el auténtico problema viene como consecuencia del resultado del 2022, pues con 1,7 millones de facturación -un 6% menos que en el año anterior- obtuvo unas pérdidas de 1,2 millones, siendo el primer ejercicio con balance negativo de los últimos años, pues en el 2021 ganó 4.000 euros.
En este sentido, destaca especialmente el gasto en aprovisionamiento que se duplicó en tan solo un año pasando de un millón de euros en el 2021 a los dos millones del 2022, una cifra que ya supera por sí misma al volumen de negocio.
De acuerdo con el balance publicado por la sociedad, el resultado del 2022 viene derivado de la pandemia y el conflicto de la guerra de Ucrania, que ha provocado una reducción en el volumen de operaciones y un gran incremento en los costes variables, así como en las cargas de estructura: "Al no poder repercutir dicho incremento de costes a sus clientes, la sociedad no genera recursos financieros suficientes para hacer frente de inmediato a los compromisos contraídos con los acreedores y entidades financieras", reza el informe.
José María Fuster Hernández cuenta con una fábrica en Espinardo de 3.000 metros cuadrados, incluyendo 1.400 metros cúbicos de cámara frigoríficas con control de humedad y temperatura, para la conservación de materias primas y producto terminado, con una capacidad total de 200 toneladas.
