MURCIA. Casi todo el mundo sueña con volver a bailar en una discoteca. Hay que remontarse casi 15 meses, hasta el fin de semana previo a la declaración del estado de alarma el 14 de marzo, para recuperar un momento similar. Y es que durante el breve periodo de tiempo que se les permitió abrir tras el confinamiento, entre el 18 de junio y el 17 de julio, todo el que acudió a uno de estos locales de ocio nocturno tuvo que hacerlo sentado a una mesa. Moverse al ritmo de la música estuvo completamente prohibido.
Desde ese 18 de julio todo el ocio nocturno no ha levantado cabeza. Discotecas y pubs tuvieron que cerrar a cal y canto. "Llevamos más de un año sin poder abrir. Es una situación desesperante y sin recibir prácticamente las ayudas. Tenemos la sensación de estar luchando contra un gigante", lamenta Pedro Alarcón, presidente de la Asociación de Discotecas de la Región de Murcia, que forma parte de Hostemur, la Federación Regional de Empresarios de Hostelería y Turismo.
El sector se siente maltratado. Tras el confinamiento se les permitió abrir durante un mes. Sin embargo, en verano se decretó su cierre y los locales que han podido abrir desde entonces lo han hecho bajo una reconversión a una licencia de cafetería, con muchas más limitaciones que no convencen a muchos de los propietarios. Tampoco comprenden que el estado de alarma haya finalizado, y el toque de queda se haya eliminado, pero el ocio nocturno siga vetado.
"Un ocio noctuno abierto haría de contrapeso a toda la gente que está en la calle de forma descontrolada"
"No tiene ningún sentido que seamos los únicos que no podemos ejercer nuestra actividad", denuncia Alarcón. "No hay ningún plan para satisfacer a la gente que se queda a las 12 en la calle. Un ocio noctuno abierto haría de contrapeso a toda la gente que está en la calle de forma descontrolada. Somos profesionales que cumplimos con los protocolos y todas las medidas sanitarias. Es un sinsentido".
De hecho, las comparaciones con otras comunidades, como Andalucía, escuecen. Allí se les ha permitido abrir hasta las dos de la mañana. De momento. Y otras comunidades autónomas se lo están planteando. "Aquí no sabemos nada. Ni nos escuchan. Nuestra única esperanza es que otras comunidades abran y, al final, nosotros vayamos detrás. Lamentablemente, es posible que seamos los últimos".
Juan Pedro Aroca, el presidente de la Asociación de Pubs y Cafeterías de la Región de Murcia, subraya que "la situación es catastrófica. Lo que están haciendo con nosotros no tiene nombre". Asegura que se ha demostrado "por activa y por pasiva que no somos el problema".
Al contrario, defiende que resulta vital para evitar el descontrol que actualmente hay en la calle después de las doce de la noche abrir el sector. "Nosotros somos responsables. Seguimos todas medidas sanitarias. Hay malestar en las calles, gente molestando y contagiando. Nos tienen que dejar abrir inmediatamente. Por el bien social".
En el mismo sentido se manifiesta José María Rubiales, presidente de la Asociación de Bares, Cafeterías y Afines de la Región de Murcia. "Es imprescindible la apertura del ocio nocturno hasta las 2, como en Andalucía. Las medidas y los protocolos de seguridad se cumplen. Necesitamos esa reactivación para que siga todo bien", indica.
"Cerraron y tiraron la llave. Sin ayudas. Y tenemos que continuar pagando o perdemos la licencia. Llevamos 15 meses asumiendo los costes de los locales y sin ayudas", explica Manuel Iniesta, dueño del mítico bar El Refugio. "Nos han demonizado. Hemos sido el enemigo en esta pandemia".
"Mi licencia como ocio nocturno vale 40.000 y como cafetería no vale nada"
Muchos de los dueños de los locales no quieren ni plantearse la opción de cambiar a licencia de cafetería para poder abrir. "Mi licencia como ocio nocturno vale 40.000 y como cafetería no vale nada. Mi local es un bar con música que puede abrir hasta las 4 de la mañana. Ya no dan este tipo de licencia y no quiero perderla", subraya. Pero no sale gratis. De media, lleva gastados 1.400 euros al mes durante 15 meses y las ayudas no llegan. "Las ayudas al ocio nocturno no se ha pagado. Se anunciaron dos veces y se han pagado cero euros", asegura.
Iniesta también estima que con el ocio nocturno cerrado, se potencian los conflictos, las fiestas en pisos y los botelleos en los parques. "La situación ha empeorado mucho. La conflictividad bajaría si nos dejaran abrir con horarios normales. Lo que hay que hacer es vacunar no seguir prohibiendo actividades. Ya estamos en otro momento", recalca.
