CARTAGENA. La próxima semana entramos en una semana que debería ser festiva, por lo que se celebra entre el 4 y el 7 de mayo, pero que no ha dejado de levantar polvareda en los últimos años que se ha llevado a cabo. Las Cruces de Mayo han ganado en repercusión y asistencia de público y se han convertido, sin duda alguna, en uno de los acontecimientos más celebrados y deseados por miles de cartageneros.
Sin embargo, las discrepancias que han surgido entre hosteleros, Ayuntamiento y vecinos en los últimos años, a tenor de los horarios, los escenarios, las aglomeraciones, las barras colocadas en la ciudad, el perjuicio que puede afectar a determinados yacimientos o lo que consideran algunos, la pérdida de la entidad de la propia festividad hacia un terreno mucho más mundano suponen un examen para los gobernantes. Además, el año pasado las cofradías, precursoras y revitalizadoras de las Cruces de Mayo, decidieron no plantar sus cruces ni poner sus barras ni música, lo que dejó huérfana la misma.
Ahora, que nos encontramos a unas pocas semanas de las elecciones, un movimiento en falso de los políticos puede acarrear consecuencias notables a la hora de depositar el voto en las urnas el próximo 28 de mayo.
Los hosteleros, en este caso sus representantes, Hostecar, no han puesto ni un pero a la propuesta del Ayuntamiento de Cartagena. hasta treinta establecimientos han solicitado y han sido aceptadas, sus peticiones de barras y música en la calle, a pesar de que desde el Consistorio no ha dado 'manga ancha' como años anteriores a los empresarios. Las barras solo se conceden en calles o tramos de calles, en las que una vez instaladas las barras, quede un zona de paso con una anchura mínima libre de 3,5 metros y una altura mínima libre de 4,5 metros, que permitan el paso de los vehículos de bomberos; y en la línea de fachadas en los que estén situados los accesos a edificios con altura de evacuación descendente mayor de 9 metros.
El pasado año la alcaldesa, Noelia Arroyo, calificó de éxito las Cruces de 2022 y explicó que las quejas de vecinos, hosteleros y vecinos serían recogidas para tratar de adaptarse a todas las necesidades sin que nadie molestara a nadie. Además, se comprometió al regreso de las Cofradías, algo que sí que ha conseguido. El Resucitado volverá a la calle Palas; la Marraja, a la calle Jara y la California, a la calle del Aire.
Además, cuenta en esta ocasión con la vigilancia reforzada por la unidad especializada, el llamado Grupo Operativo Especial de Seguridad Ciudadana (GOESC) que ha sido entrenado en técnicas de control de masas y actuaciones ante ciudadanos violentos en concentraciones de público.
Los vecinos del casco antiguo, en este caso los representantes de la plataforma Sin ruido en Cartagena explican, por su parte que las Cruces de Mayo por muchos símbolos religiosos que usen son "un evento ocio recreativo con venta y consumo excesiva de alcohol con ánimo de lucro y muchísimo ruido", que no es un acto adscrito a la Semana Santa, aunque participen las Cofradías. Consideran que el Consistorio lo utiliza para "blanquear este evento que no tiene raíces ningunas, no vale una reseña novelesca que puede estar inventada" y añaden que lo que se usan "con fines electorales en una ubicación que es B.I.C., cuando lo pueden celebrar en el Puerto, en La Plaza Mayor, que tiene las condiciones idóneas, y que puede participar toda la hostelería sin excepción".
"Este año, las Cruces de Mayo se realizan en plena campaña electoral, en víspera de elecciones Municipales, tras una larguísima Semana Santa en la que los residentes del Casco Histórico no hemos podido tener descanso nocturno", explicaban desde la Plataforma Sin Ruido Cartagena, quienes añaden que los 54 fines de semana del año, mas la Semana Santa y ahora las "nos van a volver a obligar a no dormir y a escuchar ruidos no deseados, tanto de día como de noche dentro de nuestras casas sin podernos proteger y sin Derechos Constitucionales y Fundamentales. Esto es un maltrato acústico y raya en la tortura".
Explican que deberán soportar hilo musical a 85 dB cada altavoz, más al mismo tiempo los conciertos musicales "que en algunas ubicaciones llegarán a 106 dB., más ruido ocasionado por las aglomeraciones, más apertura de locales hasta la 1:30 a.m., más gritos de gente que queda en la calle con comportamientos incívicos ocasionados por la ingesta excesiva de alcohol, más recogida de mobiliario de bares y terrazas, más limpieza viaria, vaciado de cristales de los locales, más recogida de basuras, etc".
Las Cruces de Mayo, dicen, "causan un gran impacto ambiental y unos niveles de perturbación sonora no deseada y molesta", y de forma especial "en las calles estrechas donde se desarrollan, no solamente a los residentes, cuyas viviendas en su gran mayoría son antiquísimas y carecen de protección acústica, sino también a los B.I.C. y sus entornos de protección que están ubicados dentro del Casco antiguo".
"Nuestro Consistorio no cumple con la ley si no adecua el ocio y no protege al Casco Histórico" explican un representante de la Plataforma y añaden que lo que se debería proteger especialmente contra el ruido y el expolio o deterioro es el Foro Romano Molinete, el Decumano, el Gran Hotel, y todas las fachadas modernistas de Cartagena.
Aseguran que el año pasado la policía "denunció graves riesgos de seguridad, desacato a la autoridad, aglomeraciones excesivas que impedían el acceso a las viviendas de la zona y a los servicios de emergencia y pusieron en peligro al público en la calle Honda y Plaza San Sebastián".
Y se preguntan si "¿Esto es una adecuación del ocio que está recogida en la Ley de Bases de Régimen Local, que es la que rige en el Ayuntamiento? ¿Analizaremos estos hechos y presuntamente tendrán consecuencias?"