CARTAGENA. Las casas rurales de la Región sonríen en este verano de 2022 después de los buenos resultados cosechados. La ocupación casi al completo de forma generalizada hace mirar con optimismo al otoño, pese a la incertidumbre reinante por la subida de precios que tendrán que afrontar en una época en la que la calefacción volverá a ser encendida. El hecho de que en esta época del año este tipo de alojamientos no tengan que hacer uso en muchos casos del aire acondicionado permite que los costes puedan ser más contenidos. En invierno ya será otra historia.
"El verano ha ido muy bien. Hemos tenido un nivel de ocupación cercano al 90%. Estamos bastante satisfechos", señalan desde el Cortijo Orihuelo, en Moratalla. "Hemos tenido las tres casas que gestionamos a tope. Ya el mes de junio empezó muy bien y en julio y agosto no hemos parado", apunta por su parte Lola, del complejo rural El Palomar de la Tía Romera, en Cehegín. Un balance muy positivo a diferencia de los hoteles del Mar Menor, que no han experimentado el mismo nivel de ocupación. "A la gente le gusta mucho el campo, el fresco que se respira en este tipo de entornos", señalan desde el Cortijo Orihuelo.
Y es que el hecho de que en estos entornos el calor de un respiro dentro de un verano muy caluroso ha sido uno de los detonantes que han favorecido el alto nivel de ocupación. "Aquí estamos ahora mismo a 23 grados, y hemos amanecido con 19 grados. Son temperaturas muy agradables para esta época del año", apuntan desde el Cortijo Orihuelo. “En esta zona no suele hacer mucho calor. Nosotros hemos tenido menos gente que los años anteriores, pero también es normal porque ahora sin restricciones hay más oferta donde elegir. El hecho de que las temperaturas no sean altas es algo que agradecen mucho nuestros clientes", apuntan por su parte desde el complejo rural Agrolavia. “En Cehegín sí hemos tenido calor, pero por las noches se ha podido dormir sin necesidad de poner el aire. Durante el día se disfruta la piscina y sin problemas, aunque nuestras casas están equipadas con aire acondicionado", apuntan desde El Palomar de la Tía Romera.
La tendencia positiva que han experimentado las casas rurales desde la pandemia se ha mantenido en el tiempo. Ya la pasada Semana Santa, el nivel de ocupación se situó por encima del 60%, según datos de Tuscasasrurales.com. "Creo que el turismo rural está funcionando bastante bien", señalan desde el Cortijo Orihuelo. "Ya incluso el verano de 2020, en plena pandemia, funcionamos muy bien. La gente no quería aglomeraciones, sino estar solo la familia, y tuvimos muy buen verano entonces. Egoístamente, la pandemia creo que ha beneficiado al turismo rural. Porque quien viene y disfruta la experiencia, repite. Creo que es algo que en zonas como Moratalla, Caravaca, Cehegín…se repite. Habrá excepciones, pero creo que la tendencia general es que hemos funcionado muy bien", señalan desde El Palomar de la Tía Romera.
Respecto al otoño, la tónica general es la incertidumbre. La amenaza de una mayor subida de los precios es algo que condiciona cualquier previsión. "No sabemos como funcionaremos. De momento vamos teniendo reservas, ya más enfocado a fines de semana, pero el miedo que se empieza a sembrar en las noticias por el aumento de precios puede hacer que la gente prefiera no moverse", cuentan desde el Cortijo Orihuelo. "La primera fecha fuerte del otoño es el puente del Pilar. Vamos a ver. La verdad que no sé este año que sucederá porque no paran de asustarnos con la subida de precios. Creo que la gente este verano ha preferido salir mientras pueda y, si vienen las vacas flacas, ya se quedarán", cuentan desde El Palomar de la Tía Romera.