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La titánica tarea de los rastreadores: el seguimiento de hasta 430 positivos diarios y sus contactos para pararle los pies a la covid-19

6/09/2020 - 

MURCIA. Al equipo de rastreadores llega puntual, cada cuatro horas, un listado de suma importancia. Son los nuevos positivos que las pruebas PCR van detectando, hasta 430 diarios, el récord hasta la fecha, y que se extienden a lo largo y ancho de la Región. Y desde ese momento comienzan una carrera contrarreloj para contactar con la persona que está contagiada de covid-19 y averiguar donde ha estado y las relaciones que ha mantenido desde 48 horas antes de notar síntomas para evitar que el virus continúe su propagación. Y la tarea no es nada sencilla.

"Lo fundamentales es averiguar el sitio donde ha podido contraer la enfermedad y los contactos que ha tenido", explica Jaime Pérez, subdirector general de Salud Pública. Hay gente "que no sabe dónde ha podido contagiarse" y, además, tienen muchos contactos. "A veces, no es fácil". Cuanto más lugares haya frecuentado y más relaciones sociales haya mantenido, más complicado el seguimiento.

El equipo de rastreadores de la Región está formado por un total de 270 profesionales, la mayoría mujeres. De ellos, 100 personas que trabajan en la dirección general de Salud Pública y otras 170 que lo hacen en los centros de salud, "aunque se está aumento el personal hasta llegar a los 300", indica Pérez. Inicialmente eran médicos epidemiólogos y enfermeros, pero ante la necesidad provocada por los rebrotes se ha pasado a la contratación con un perfil sanitario. La previsión, además, es ampliar el equipo para no tener deficiencias en la gestión y reforzarlo con los 90 efectivos que facilitará el ejército.

Cada nuevo listado de positivos se incorpora a los programas informáticos que desde Salud Pública disponen para la gestión de la pandemia y se asignan a los rastreadores, que se encargan de llamar y pasarles la encuesta epidemiológica, con especial hincapié en averiguar los contactos que ha tenido desde 48 horas antes de empezar con los síntomas hasta que se ha quedado aislado en casa. Una vez que se determinan los contactos del positivo, también hay que localizarlos para comunicarles que deben guardar cuarentena 14 días y pasar una PCR.

"Cada rastreador puede hacer el seguimiento de unas 10 personas diarias, ya que depende mucho de la complicación del caso. Hacer la averiguación de forma correcta puede llevar de media una hora y el rastreo lleva tiempo", explica. Y aquí no se descansa: de la mañana a la noche y los siete días de la semana, por turnos.

Falta de colaboración y concienciación

Los principales problemas que se encuentran para desarrollar su labor de forma adecuada es la falta de colaboración por parte de algunos afectados, que no cogen el teléfono de forma reiterada o se niegan a dar información de donde han estado y con quien, imprescindible para hacer el seguimiento. Son especialmente reticentes los que han estado en clus de alterne y en fiestas clandestinas, en cuyo caso "la información no circula. Hay gente que no quiere que se sepa donde ha estado y cuesta que las personas cooperen. Por el contrario, “hay personas muy cumplidoras y que dan toda la información”.

Si un contagiado se niega a dar sus contactos, dado que es una cuestión de salud pública, subraya Pérez, re arriesga a una denuncia y la consiguiente multa. "Intentas indagar y explicarles la importancia que tiene, pero hay personas que no colaboran y debes avisar a la policía", apunta. 

En cuanto a las personas que se saltan la cuarenta, señala que es difícil realizar una estimación pero pone un ejemplo. En Murcia, el día de la entrevista, 30 personas se sospecha que se la han saltado y "suele ser una cifra habitual en la capital", asegura, lo que provoca que el virus se expanda. "Es una de las preocupaciones que tenemos. Las personas que se saltan la cuarentena son un factor muy importante pero los que creemos que no estamos infectados también debemos tomar medidas de prevención", indica.

Según su experiencia, hay una dicotomía clara en la realidad social actual: gente que está muy concienciada y gente que no lo está en absoluto. "Es lo que está marcando la evolución de la pandemia", que, no obstante, "no es tan rápida como en marzo. Tenemos muchos más casos diagnosticados pero eso no quiere decir que haya más contagios", asegura. "Creo que en marzo hubo más pero no se hacían pruebas y no lo sabíamos. Los únicos datos que son comparables son los ingresos y las UCI. Es lo que hay que comparar porque no se hacían las PCR que se hacen ahora”.

Doblegar la curva

Para que se dé un cambio en esa progresión que parece no tener tope todo pasa por un cambio de estilo de vida, al menos de momento. "Durante un tiempo hay que intentar cortar. Hay que vivir más lento para vivir más seguro. El mensaje que lanzamos constantemente desde la Consejería es que la población debe reducir su ritmo de vida social y los contactos y tomar las medias de prevención”.

El caso del brote de Archivel, la pedanía de Caravaca de la Cruz que ha tenido que ser confinada después de una barbacoa familiar, es precisamente lo que ahora hay que evitar. "Lo que sería normal en otro momento ahora puede condicionar un brote y desestabilizar la situación epidemiológica, sobre todo en municipios pequeños". Como consecuencia, cuanto mayor son los brotes más complicado el trabajo que deben desempeñar los rastreadores.

De momento, no parece que les vaya a faltar trabajo. Al revés: las previsiones respecto a la pandemia no son buenas. "Estamos en una fase ascendente y es fundamental que la población nos apoye siguiendo las recomendaciones que hemos hecho". De hecho, el objetivo que persiguen, con los rastreadores a la cabeza, es poder doblegar la curva sin que sea necesario un confinamiento. "Ha habido regiones en las que la situación ha estado muy mal y ahora están bajando los contagios, como Aragón. Hay que intentarlo por todos los medios".

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