MURCIA. Dingdone, la startup murciana especializada en la recogida y entrega de paquetería en la última milla, continúa con su expansión nacional y ya proyecta su llegada a Madrid. Esta compañía nacida en Murcia ya dio el salto a la gran ciudad española con su desembarco en Barcelona el pasado 2021, un hito que ahora expandirán a la capital a partir de Navidad.
Al fin y al cabo, antes de completar esta expansión la empresa necesita perfilar los detalles de su aterrizaje, como concretar cuál será su red de 'hubbers', es decir, de personas registradas en su web: "En Madrid hemos recibido ya cientos de solicitudes, pero nosotros tenemos que hacer una criba. Estudiamos la localización y el perfil del candidato para realizar la selección, lo que esperamos tener completado para septiembre u octubre", explica el CEO de Dingdone, Miguel Pelegrín, en conversaciones con Murcia Plaza.
Asimismo, incide en que su llegada a Madrid viene condicionada por las trabas que existen para acceder con vehículos potenciados por combustible fósil al corazón de la ciudad -Madrid Centro-, pues impide la distribución tradicional de paquetería.
Por tanto, al ser una zona de una mayor "tensión logística", Dingdone se instalará en un primer momento en la zona centro de Madrid: "Donde tengan más problemas los vehículos a motor será donde iniciemos nuestros servicios de entrega en la última yarda", remarca.
Asimismo, tras su llegada oficial a la capital la startup de origen murciano ya busca nuevos objetivos para su expansión nacional de cara al próximo 2023. En específico, Pelegrín asegura que la tendencia natural será comenzar por la zona de Levante por la proximidad geográfica: "Empezaremos por la Comunidad Valenciana y llegaremos también a alguna capital andaluza, como Sevilla o Málaga", puntualiza.
No resulta sencillo definir el trabajo que desarrolla Dingdone: "Aún estamos esperando a definirnos porque no somos un operador logístico ni una empresa de mensajería. Tampoco somos servicios ultrarrápidos como Glovo o Uber. No usamos furgonetas y vamos andando. Somos 'slow delivery", relata Pelegrín.
