CARTAGENA. Una vez que los focos de televisión y los objetivos de las cámaras fotográficas han desaparecido a la misma velocidad que los curiosos y los informadores, ha arrancado un lento y costoso trabajo de recuperación en La Palma y la zona devastada y desprotegida por el volcán de Cumbre Vieja. Esta labor tan silenciosa como necesaria, es prioritaria, porque los servicios básicos de transporte, comunicación, suministros, agua o luz no pueden esperar.
La isla ha encontrado a aliados en la Región para ayudar a este necesario momento de reconstrucción con el fin de mitigar los efectos devastadores que ha supuesto la erupción volcánica para las áreas, tanto urbanas como agrícolas, ubicadas al sur de las coladas del volcán, como consecuencia de la destrucción y afección a las redes de transporte e infraestructuras de almacenamiento constituyentes de los servicios de abastecimiento de agua a estas áreas desabastecidas.
"Hemos sido conscientes desde el primer día de inicio de los trabajos de la gravedad de la situación, del impacto en la sociedad palmera de los trabajos a realizar así como, en la mayoría de ocasiones, la urgencia y celeridad para acometer dicho trabajos de forma casi inmediata dada la constante evolución de las coladas", explican desde Eneas Servicios Integrales, la empresa murciana que se ha puesto manos a la obra para colaborar en las labores de recuperación.
"Nuestro compromiso con la isla, los vecinos, autoridades y administraciones locales es total y nos hemos volcado, por y para ellos, en la ejecución en tiempo y forma de los trabajos a realizar", añaden desde la firma murciana y explican que los trabajos en cuestión requieren de "maniobras precisas y rápidas" debido a la proximidad a zonas de exclusión debido a gases nocivos y peligrosos para la salud. Por ello, "nuestro equipo trabaja de forma coordinada con las fuerzas y cuerpos de seguridad y directamente bajo la supervisión del Consejo Insular de Aguas de La Palma. Trabajamos sin descanso para ayudar a nuestros compañeros palmeros a minimizar el impacto de esta difícil situación para todos los habitantes de la isla".
Su trabajo consiste en la recuperación del servicio de abastecimiento de agua potable en aquellos núcleos poblacionales del Valle de Aridane en los que el avance de las coladas de lava ha destruido esas infraestructuras. También lo ha hecho en aquellos núcleos poblacionales ubicados en medianías, es decir, a cota superior a la de los principales ejes de transporte, que han sido destruidos por las coladas volcánicas, esto es, para Jedey y Las Manchas.
Para lograr este último objetivo se está llevando a cabo una actuación en altura, de modo que se puedan trasegar caudales desde el depósito llamado Las Cuevas, utilizando una red contraincendios que discurre en torno a la cota 1.300 metros, hasta las zonas de abastecimiento de Jedey y Las Manchas y hasta la balsa de Cuatro Caminos. La capacidad inicial de transporte de caudales se aproxima a los 3.000 metros cúbicos por día. De esta forma, se permite la restitución de los servicios de abastecimiento para riego agrícola de las áreas de cultivo ubicadas al sur del volcán, así como el servicio de abastecimiento urbano de los núcleos ubicados a mayor cota.
Por su parte, para suministrar de agua potable a la población ubicada en el litoral sur del ámbito desabastecido, se pretende acometer una conducción de transporte de acero galvanizado de seis pulgadas, que discurre paralela a la conducción del canal general LP-II (obras finalizadas el pasado noviembre), desde el punto final de la red en altura, en la zona de la balsa de Cuatro Caminos, hasta los depósitos de Las Norias. Desde estos depósitos se acometerá la interconexión a la red.