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presenta 'estrellas de la danza' en murcia

José Carlos Martínez: "Ahora soy un coreógrafo freelance"

22/12/2019 - 

MURCIA. “Sigo siendo aquel niño de Cartagena que tenía muchas ganas de bailar, solo que ahora, en vez de hacerlo con mi cuerpo, bailo a través de mis coreografías en el cuerpo de los demás”, asegura José Carlos Martínez (1969), primer bailarín de la Ópera de París durante 24 años y director de la Compañía Nacional de Danza durante ocho. “Ahora soy un coreógrafo freelance”, dice el cartagenero, quien en esta nueva etapa quiere centrarse “más en la parte artística y olvidarme un poco de la gestión”. Lo hace con una agenda cargada de compromisos y retos profesionales. Por una parte, volverá a la Región por Navidad para presentar la gran gala Estrellas de la Danza los días 28 y 29 de diciembre, en el auditorio Víctor Villegas, donde reúne grandes bailarines españoles que triunfan en el extranjero. Por otra, se ha convertido en el primer español en coreografiar el tradicional Concierto de Año Nuevo de Viena. Y seguro que en el único que lleva como 'artista invitado' de esta gran producción a un perro, que “no baila, pero casi”. Después llegarán más viajes, más ballets, más experiencias,… para un artista que se considera afortunado porque “mi pasión es mi trabajo” y que quiere comprobar "hasta dónde puedo llegar como coreógrafo”.

Vuelve a la Región de Murcia, su casa, con la gala Estrellas de la Danza. ¿Qué va a ver el público murciano los días 28 y el 29 de diciembre en el auditorio Víctor Villegas de Murcia? 

La idea de la gala es dar la oportunidad a grandes bailarines españoles, sobre todo a los que están fuera, de que puedan bailar en su propio país; así como darle la posibilidad al público español, en esta ocasión murciano, de descubrir estos nuevos talentos a la par que admirar a bailarines ya confirmados como Lucía Lacarra. Esta gala permitirá ver, por ejemplo, a Sonia Vinograd o Ángel García Molinero, que puede que no se conozcan mucho en España. Es una gala para toda la familia y la idea es acercar la danza al público y crear más afición en nuestro país. Con todos estos bailarines reunidos vamos a vivir un momento único, con un programa muy variado, no sólo de danza clásica, también contemporánea y española. Es una muy buena tarjeta de presentación para cualquier persona amante de la danza o para quien quiera descubrirla.

¿Qué destacaría de los bailarines que le acompañan en esta nueva aventura?

Todos tienen mucho talento y sobre todo muchas ganas de vivir a través de la danza. El punto en común de todos ellos es que transmiten su pasión. En las siguientes galas seguiremos contando con muchos de los bailarines que vienen a Murcia, donde es la primera vez que hacemos este espectáculo, pero también iremos añadiendo más, porque hay muchísimos bailarines españoles con talento por todo el mundo, bailando en diferentes compañías. Espero que la gente salga con ganas de bailar, que haya disfrutado del viaje que vamos a ofrecer por todo el mundo de la danza y a través de todas sus posibilidades; que salga contenta. Eso me encantaría.

Cenando con las estrellas en el hotel Siete Coronas

Se ha organizado una Cena con las Estrellas en el hotel Siete Coronas tras la actuación del sábado 28, algo habitual en los grandes teatros pero que es la primera vez que se hace en Murcia. Es otra forma de acercar la danza al público…

Por supuesto, yo diría que es una manera de acercar a los intérpretes, a los bailarines, al público; que la gente los conozca y, sobre todo, que puedan intercambiar impresiones con ellos, charlar, pasar un rato, relacionarse de otra manera… En definitiva, es una forma de que se rompa esa frontera entre el escenario y el público. Se trata de dar a conocer a la persona que hay detrás de cada bailarín, que la gente que los ve desde lejos, sobre el escenario, pueda estar cerca de ellos, intercambiar unas palabras y pasar un buen rato. Es algo que se hace en muchos países. Es una manera también de fidelizar al público, porque si conoces a un intérprete tendrás más interés en verlo cuando vuelva a actuar.

Dentro de poco, ¡cincuenta millones de espectadores de más de 90 países! verán su coreografía del Concierto de Año Nuevo de Viena. ¿Cómo ha vivido el reto de ser el primer español en coreografiar el ballet más visto del mundo? 

Hacer la coreografía del Concierto de Año Nuevo ha sido un reto, principalmente porque no es para un escenario, que es a lo que yo estoy acostumbrado, y por tener que adaptarme al espacio de las grabaciones (los salones tienen diferentes tamaños). También, como en el caso de la casa de Beethoven, por bailar al aire libre, con el suelo de adoquines... Además ha sido un desafío coreografiar una parte con la música de Beethoven, con las 12 Contradanzas, ya que no es música que se haya escrito para ballet. Fue una alegría cuando me lo ofrecieron, al ser un acontecimiento tan tradicional y que tantas familias ven en sus casas. Para mí ha sido muy enriquecedor trabajar con los equipos de la televisión austriaca, con tantos medios para hacer algo de mucha calidad. Es un gusto trabajar de esa manera.

¿Qué sello personal, qué impronta, ha querido dejar en esta coreografía? 

En realidad son dos coreografías, dos partes muy diferentes. La primera es el vals tradicional con música de Johann Strauss y ahí he utilizado la técnica clásica, zapatillas de punta, porque he creído que al ser un evento tradicional la tradición tenía que estar presente. Y ahí le he dado mi toque con un poco de alegría, con el vocabulario que suelo utilizar en todas mis coreografías; es como un resumen de todas ellas, como una especie de autohomenaje a mi carrera como coreógrafo. En la otra parte, con música de las 12 Contradanzas de Beethoven, he tenido que darle una vuelta porque los espacios eran muy pequeños. El patio de la casa del compositor es precioso, en una especie de casa de campo a las afueras de Viena, pero el suelo no es el ideal para bailar. Me he alejado de la danza clásica y he hecho una especie de comedia musical, que a mí me encantan, de poco más de cuatro minutos, en la que se van creando relaciones entre los turistas americanos. Muchas veces hay bailarines invitados, esta vez yo he incluido un perro, que se llama Vito y que de cierta manera participa en la acción con los bailarines. No baila, pero casi, convirtiéndose un poco en la estrella de esa parte coreográfica.

por qué no apoyar un proyecto autonómico para crear una compañía de danza de la Región de Murcia

Sin duda, trabajos como éste suponen un escaparate mundial del talento español.¿Está suficientemente reconocido? ¿Cómo se puede apoyar y promocionar?

Los bailarines españoles están suficientemente reconocidos en el extranjero, donde se aprecia la escuela española, nuestro talento, esa emoción que se transmite en escena. Hay grandes intérpretes además de tener una buena técnica. Pero en nuestro país, al no haber suficientes espectáculos de danza, es difícil que seamos reconocidos. Te dan el Premio Nacional de Danza, que es un reconocimiento muy importante, pero no puedes bailar en tu país. Tras haber dejado la Compañía Nacional de Danza y para que algunos de los bailarines españoles tengan su espacio, quiero seguir trabajando en esto. Porque el talento está.

¿Cómo ve el nivel de los bailarines de la Región de Murcia?

En nuestra Región la formación es muy buena a nivel de escuelas y del Conservatorio. Hay mucho talento que sale de aquí y falta, como en las demás regiones, compañías donde los jóvenes puedan experimentar. Tenemos, por ejemplo, el Ballet de Carmen Rubio, que está girando por China y que casi tiene más reconocimiento en el extranjero que en nuestra propia región. Hay propuestas muy interesantes y gente trabajando; lo que hay que hacer es apoyar las compañías existentes y, por qué no, un proyecto autonómico para crear una compañía de danza de la Región de Murcia.

Talento desaprovechado

 

¿Qué consejo daría a los jóvenes que sienten esa pasión por la danza? 

La situación sigue estando difícil a nivel profesional, pero el que llega a este nivel es que tiene la pasión y la fuerza para seguir adelante. Es muy probable que se tengan que ir fuera para desarrollar sus carreras, como muchos de los que van a bailar en la gala Estrellas de la Danza y que ahora vuelven. Da pena tener que irse, pero también se viven muchas cosas que no se conocerían quedándote en tu ciudad o en tu país. Se aprende mucho. Yo les diría que sean valientes, pero el consejo se lo daría a la otra parte, a los que deciden, porque no estamos aprovechando el talento en nuestro país, el poder ver a nuestros bailarines. Si se crearan más compañías… La formación es excepcional, llegan a un nivel muy alto, pero luego no tienen donde trabajar.

Los bailarines tenemos la suerte de que nuestro trabajo es nuestra pasión. Ese es el secreto y por eso hacemos todos los esfuerzos del mundo


¿Qué es lo que hace que tanto trabajo merezca la pena?

Para mí está muy claro que todo el esfuerzo en el día a día, de entrenar, de trabajar, de bailar con dolores, de tener tendinitis,… toda esa parte de la danza, que es muy dura a veces, merece totalmente la pena por todos esos momentos mágicos en los que estamos en escenas. Se puede estar trabajando un mes para bailar un día, pero también se disfruta preparando el espectáculo. Los bailarines tenemos la suerte de que nuestro trabajo es nuestra pasión. Ese es el secreto y por eso hacemos todos los trabajos del mundo.

¿Qué balance hace de su paso como director de la Compañía Nacional de Danza?

Mi balance de los ocho años dirigiendo la Compañía Nacional de Danza no puede ser más positivo, porque la compañía ha evolucionado, le hemos dado una nueva identidad y hemos fidelizado a un público. Destacan los grandes ballets que hemos hecho, como Don Quijote, Carmen y El Cascanueces. En total han sido 74 creaciones en ocho años, que son muchas, con un presupuesto bastante reducido y con el que hemos tenido que hacer malabares y magia. Estoy feliz con el conjunto.

Por último, ¿qué le queda a José Carlos Martínez por hacer?

Tengo muchos proyectos de coreografías para el año que viene. Ahora soy un coreógrafo freelance. Estoy preparando El Corsario para el Teatro de Roma, que se estrenará el 1 de marzo, y justo después me voy a Eslovenia, donde también se va a estrenar la misma versión. A continuación voy a preparar mi versión de Giselle, una coreografía clásica que se va a estrenar con el Ballet de Zagreb, en Croacia, y que se estrenará el 13 de noviembre. Ya en 2021, la Escuela de la Opera de París va a volver a poner en escena Scaramouche, el ballet que hice para ellos y allí estaré trabajando. Mi agenda está bastante llena de coreografías, que es lo que tengo ganas de hacer. En un futuro no sé si volveré a dirigir una compañía, porque quiero estar más centrado en la parte artística y olvidarme un poco de la de gestión, que es lo que más tiempo me llevó en la Compañía Nacional. Ahora quiero centrarme en la creación, en experimentar para ver hasta donde puedo llegar como coreógrafo durante los dos próximos años

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