CARTAGENA. El sector turístico en la Región trata de adaptarse a un cambio voluble y fluctuante, en el que hay determinados actores que no siempre caminan por la senda de la legalidad. El ejemplo más notable se presenta con los pisos turísticos, que han florecido como setas en otoño en los últimos años.
Su crecimiento descontrolado ha supuesto un frenazo entre el resto protagonistas, que no juegan con las cartas marcadas de la ilegalidad que ofrecen este tipo de apartamentos turísticos.
Tal situación ha provocado que a pesar de que el turismo en la Región haya experimentado una recuperación tras el parón de 2018 de cerca de un 4% el sector hotelero, éste se vea seriamente perjudicado en el capítulo de inversiones.
Así lo reconoce Juan Carlos García, presidente de la Agrupación de Hoteles de Cartagena y Comarca y vicepresidente de Hostemur, quien explica que un estudio reciente de la propia Comunidad Autónoma revelaba que hay cerca de 60.000 plazas en toda la Región de potenciales pisos que se encuentran en este mercado de la ilegalidad. "Muy por encima de las plazas que existen en establecimientos reglados -hoteles, campings, etc- por lo que el impacto económico es muy alto, pero no se puede medir porque es un mercado completamente opaco".
Lo que sí que puede afirmar con rotundidad García es que pese a carecer de cifras fiables, Cartagena ciudad y Mar Menor, que es donde se concentra el volumen de turismo de la Región, son los más afectados, lo que ha supuesto "dejar de tener inversiones en plazas hoteleras, nuevos hoteles y alojamientos reglados, algo que genera riqueza para la propia ciudad y puestos de trabajo de calidad. Al final el incremento de turismo que ha experimentado Cartagena no se ha traducido en plazas, porque lo ha absorvido esta oferta mercado alegal".
En los últimos cuatro años el porcentaje de ocupación ha ido creciendo de forma sostenida, con un porcentaje medio anual del 4,5%. En 2018 hubo un freno, "pero para este 2019 estamos sobre cuatro o cinco puntos porcentuales por encima. Traducido a lo que podría haber sido sin el efecto de los pisos turísticos, estaríamos hablando en varios puntos porcentuales más y además hubiera provocado un mayor empuje en la inversión hotelera sobre la ciudad", dice el presidente de Agrup Hotel.
Desde este mes de noviembre está en marcha el decreto por el que se regulan las viviendas de uso turístico. La misma responde a una demanda del sector, ya que se regula la comercialización de las viviendas de particulares para uso turístico, que se ceden con fines vacacionales, amuebladas y equipadas en condiciones de uso inmediato, y las diferencia de los apartamentos turísticos por primera vez.
El decreto asegura que los alojamientos estén perfectamente equipados, sean accesibles y se encuentren en un estado óptimo para su uso inmediato. Las plazas vendrán determinadas por el número de camas existentes en los dormitorios, pero siempre con una capacidad máxima de 10 por vivienda, y la comercialización y promoción se realizará a través de canales turísticos especializados.
También prevé la posibilidad de alquiler de habitaciones tipo dormitorio, en cuyo caso la explotación solo podrá ser ejercida por una persona física que deberá estar empadronada y residir en la vivienda en la que se desarrolle la actividad.
En este sentido el propio García explicaba que es una actividad económica nueva, "que ha irrunmpido en nuestro negocio, el del turismo y como todos necesita tener una regulación". Afirma que desde las diferentes asociaciones venían "demandando que se regulara para que juguemos todos con las mismas reglas".
Dice que nunca se han manifestado en contra de los pisos turísticos porque "cada cliente es libre de elegir la opción que estime oportuna, pero dentro de una protección al propio sector, al trabajador de la empresa o al consumidor".
Reconoce, no obstante, que el decreto regulador llega "tarde", porque "somos de las últimas Comunidades Autónomas en hacerlo. Hay otros sitios como Cataluña, Baleares, País Vasco o Canarias donde se está actuando desde hace varios años. Pero podemos estar contentos porque era una premisa necesaria para todos los protagonistas del sector turístico".