'Diálogos MP': a debate el rol de los empresarios y los directivos (Fotos: OMEGA)
'Diálogos MP': a debate el rol de los empresarios y los directivos (Fotos: OMEGA)
'Diálogos MP': a debate el rol de los empresarios y los directivos (Fotos: OMEGA)
MURCIA. Como piezas de un mismo engranaje, empresarios y directivos deben cooperar al unísono para que el mecanismo de las empresas pueda continuar su funcionamiento, una tarea para la que resulta vital la comunicación y la definición de los roles. Así ha quedado patente en la última edición de los Diálogos Murcia Plaza, donde se abordó El Rol de los empresarios y los directivos: un liderazgo compartido y complementario.
Para ello, participaron en el debate Miguel López Abad, presidente de la Cámara de Comercio de Murcia; Ana Correa, presidenta de la Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales de Cartagena (COEC); Juan Jódar, presidente de la Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales de Lorca (CECLOR); Raúl Colucho, vicepresidente segundo de la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (AMEFMUR); Antonio López, presidente de la Asociación de Directivos de la Región de Murcia (ADIMUR); Marcos Sáez, CEO de Zukán; Javier Calvo, CFO de AMC Natural Drinks; y Eva Franco, directora de Comunicación de Hidrogea. Francisco Valero, director de Murcia Plaza, fue el encargado de moderar el coloquio.
El encuentro comenzó estableciendo las lindes entre estas figuras, para lo que Juan Jódar, presidente de CECLOR, recordó que, del mismo modo que en el caso de un capitán de barco y su timonel, "el empresario es el que toma las decisiones estratégicas que más tarde ejecuta el directivo, que es quien se encarga de gestionar el día a día".
No obstante, para que esta relación pueda funcionar también hay que establecer ciertos límites entre las responsabilidades de cada uno, que en gran parte están marcados por la capacidad del propietario de la compañía de ceder sus funciones: "Lo más importante para crear una auténtica simbiosis es que haya una delegación responsable. Hay que apoyar al directivo para que tome sus propias decisiones y se equivoque sin eludir responsabilidades. Lo importante es alcanzar un término medio", puntualizó Antonio López, presidente de ADIMUR.
Una reflexión similar hizo Raúl Colucho, vicepresidente segundo de AMEFMUR, que incidió en la importancia de dejar autonomía al director general de la compañía, que es "quien se ha formado para ello". En este sentido, remarcó las ventajas que supone para el empresario contar con una persona de estas características que conduce la compañía pues "parece que pierdes poder pero es todo lo contrario. Ganas poder y ganas información".
Otro punto destacado de esta relación, que "es como un matrimonio condenado a entenderse", es la especialización del directivo en las diferentes áreas, pues la profesionalización pasa por que el empresario "sepa cuando tiene que dar un paso atrás y delegar departamentos porque no se puede saber de todo", incidió Eva Franco, directora de Comunicación de Hidrogea.
En cualquier caso, lo cierto es que el empresario sí comienza como un todoterreno encargado de todos los ámbitos cuando inicia su carrera como emprendedor, tal y como recordó Miguel López Abad, presidente de la Cámara de Comercio de Murcia: "Cuando emprendes eres directivo, empresario, director financiero y de operaciones. Lo eres todo. Es cuando tienes suerte y creces cuando ya empiezas a incorporar ejecutivos externos, que no es fácil".
Y es que en el caso de las empresas familiares no solo hay que tener en cuenta las tareas propias de la gestión en sí misma, sino que también se requiere un mayor esfuerzo comunicativo por parte del directivo para lograr una correcta sintonía con los propietarios: "La dirección de la empresa puede ser un conflicto para la propia familia, sobre todo si está repartida accionarialmente. Ahí la función del directivo es más compleja", relató Javier Calvo, CFO de AMC Natural Drinks.
También destaca el conflicto que llega motivado por el relevo generacional, pues muchas veces la familia no tiene la intención o la capacidad de continuar con la compañía: "Si no se quiere vender la solución es profesionalizar la gestión de la empresa con un directivo externo para que perviva en el tiempo mientras la familia se mantiene como accionista", apostilla Ana Correa, presidenta de COEC.
No obstante, "ni todo el mundo nace para ser empresario ni todo el mundo nace para ser directivo", remachó Marcos Sáez, CEO de Zukán: "Hay quien tiene la capacidad de tener una buena idea pero no son buenos dirigentes porque no conocen las corrientes de recursos humanos o no saben delegar y formar equipos. También ocurre que el gen del empresario capaz de arriesgarse y poner tu patrimonio a veces no está".
En cuanto al compromiso de los empresarios, Antonio López puso el límite en permitir un equilibrio entre la vida profesional y la personal: "El empresario tiene que entender que la implicación del directivo no puede ser la misma que la suya", incidió.
Otro tema relevante resulta la formación de los nuevos directivos, pues aunque una parte importante del proceso de selección consiste en encontrar un perfil acorde a las necesidades también hay que terminar de pulirlo: "Lo importante a la hora de de hacer un fichaje de nivel es la parte personal, el componente humano. El conocimiento lo puedes adquirir", sostuvo Miguel López Abad.
En esta dirección se encuentra también la necesidad de incorporar al directivo joven, con quien también se producen choques culturales motivados por los cambios en las prioridades: "Sus valores son distintos. Ya no viven para trabajar, buscan otras cosas", apuntó Marcos Sáez.
En el mismo sentido, Juan Jódar expuso que la labor de los empresarios era garantizar unas condiciones que resulten cómodas para captar ese capital humano y crear un ambiente idóneo para el desarrollo profesional: "Nuestra obligación es ponerlo fácil. Que el trabajo sea cómodo e incentivar y promocionar al directivo".
Por su parte, Javier Calvo incidió en la importancia de "ser capaces de identificar dónde está el talento con independencia de la edad y apostar por él aunque sea joven", pues señaló que la experiencia siempre se puede adquirir, para lo que también resulta vital que tenga una capacidad de toma de decisiones.
También Raúl Colucho es partidario de darle la mayor autonomía posible al directivo, así como mayor protagonismo en la toma de decisiones y en las reuniones de mayor nivel: "Si el director general no tiene poder absoluto en la empresa no es el director general".
Precisamente en esa autonomía se encuentra también un rasgo indispensable para Eva Franco, como es el coraje que debe tener un directivo a la hora de defender sus ideas sobre lo que es más conveniente para el negocio: "Debe ser valiente y decirle al empresario lo que realmente piensa y no solo lo que este quiere oír".
"La clave está en el respeto y la fidelidad que debe haber entre empresario y directivo y en la búsqueda de que la compañía vaya lo mejor posible dentro de los valores marcados", concluyó Ana Correa a modo de síntesis.