Jose, Natalia y Paco, fundadores de Elora Design. Foto: Elora Design.CARTAGENA. Siempre se ha hablado, especialmente cuando ha venido una crisis económica como la de 2008 o la actual de la covid, de los problemas estructurales de la economía española. Se tiene la idea en el imaginario colectivo de que el modelo económico se ha sustentando demasiado en el turismo y la construcción, algo que en el caso de la Región de Murcia se circunscribe a la agricultura y el turismo. Sin embargo, es cada vez más evidente que existe un importante tejido empresarial orientado al sector tecnológico cada vez más potente. Al abrigo de centros como la Politécnica de Cartagena o la Universidad de Murcia, junto a instituciones como el CEEIC (Centro Europeo de Empresas e Innovacion de Cartagena) junto a su ‘hermano’ de Murcia, el CEEIM, o el Info, cada vez surgen un mayor número de empresas con fuerte valor añadido.
Es el caso de Elora Design, startup cartagenera surgida hace cuatro años por, como afirma uno de sus fundadores, Paco Hernández, “un grupo de amigos apasionados del desarrollo de software”. Surgida en la UPCT, Elora se dedica al desarrollo de software y aplicaciones “en casi cualquier lenguaje”, como reza su web. “Desarrollamos desde paneles de control para la gestión de mercancías, aplicaciones para el uso de máquinas, apps para eventos…Un poco de todo”, afirma Hernández. Un desarrollo para terceros con el que buscan financiar sus propios proyectos, ambiciosos como pocos pero que precisan de un importante desembolso.
Entre sus proyectos destaca por encima de todos iMoles, una app de inteligencia artificial programada para detectar de forma eficiente, gracias al uso de imágenes dermatoscópicas, enfermedades de la piel. Es lo que se puede denominar la ‘joya de la corona’ de Elora Design. “Cualquier persona puede fotografiar un lunar o cualquier anomalía de la piel y, con una precisión bastante alta, te dice que puede ser. No están todas las posibles enfermedades de la piel, pero sí muchas de ellas”, afirma Hernández. “Nos gusta mucho orientarnos a la rama médica por lo mucho que puede ayudar. En el caso de iMoles, un melanoma detectado a tiempo salva vidas”, añade. “Estamos en colaboración con la Clínica Dermatológica Internacional de Madrid para iniciar un ensayo clínico. También hemos hablado con el Servicio Murciano de Salud pero no hemos llegado a ningún punto de momento. A lo público le cuesta moverse más por la burocracia que implica. No les culpo, entiendo que es difícil”, señala. Un proyecto, el de iMoles, que precisa de cerca de 150.000 euros. Junto a este proyecto, también disponen de una aplicación que ayuda a los niños a mejorar su capacidad de lectura mediante el reconocimiento de voz. “Leer hablando permite aprender de forma rápida e intuitiva jugando”, señalan desde la compañía.
Desde Elora van dando pasos sin perder el norte, conscientes de las dificultades que entraña sacar adelante proyectos como los que llevan entre manos. Todo ello en un ecosistema tecnológico potente, pero al que le falta el mismo nivel de inversores. “Crecer desde la Región es complicado, más que por el ecosistema tecnológico, que es enorme, por el ecosistema de inversores. Todavía es pequeño. En toda España sucede lo mismo, pero aquí quizá algo más. Apostar por empresas tecnológicas tiene un riesgo alto, pero los beneficios son mucho más enormes”, señala Hernández. “Entidades como el CEEIC, donde estamos incubados, son de mucha utilidad para una startup, porque te orientan a la hora de como empezar a andar. También es cierto que, quizá, se necesitaría una ayuda más directa del Info a nivel de inversiones. En cualquier caso, se van dando pasos para fortalecer el tejido inversor de la Región”.
Como todas las startups, Elora no tiene prisa por crecer. Van paso a paso. “Nuestro objetivo es ir creciendo de forma exponencial en los próximos 5 años. Pero vamos a paso a paso, sabiendo que esto es una lucha diaria”, añade. Un ejemplo más del enorme potencial que existe en el tejido emprendedor de toda la Región.
