MADRID. La moneda ganadora de la semana pasada fue el franco suizo, favorecido por la sorpresa hawkish del Banco Nacional Suizo a principios de mes. Las divisas de los mercados emergentes tuvieron un comportamiento mixto, pero, en su mayor parte y en vista de la caída masiva que vimos la semana pasada en todo lo relacionado con las materias primas, podemos decir que aguantaron bastante bien.
Los activos considerados de riesgo tuvieron un repunte la semana pasada, lo que sugiere que ya que los bancos centrales están luchando por controlar la inflación, parece que hay una cierta relajación por parte de los inversores en cuanto a una recesión. Los datos de inflación que se publicarán el viernes estarán en el punto de mira a ambos lados del Atlántico.
Los datos de inflación de mayo en Estados Unidos probablemente confirmarán el informe anterior del IPC. El informe de inflación de la Eurozona correspondiente al mes de junio -primera lectura de la inflación en todas las zonas económicas- será todavía más importante. Una cifra superior al 4% en el índice subyacente presionará aún más al BCE para que acelere su calendario de subidas de tipos de interés, lo que podría impulsar a la moneda común.
Los índices PMI de actividad empresarial del mes de junio fueron en general decepcionantes, ya que mostraron un retroceso significativo. Aunque todos ellos se mantienen en niveles expansivos en las principales economías de la Eurozona, hay que seguir de cerca la tendencia a la baja, ya que estos índices siguen siendo el mejor indicador adelantado del crecimiento europeo.
Esta semana podría ser crucial para el euro. Además del informe preliminar de inflación de junio, se celebra el foro anual sobre banca central del BCE. Los mercados esperan obtener al menos algunos detalles sobre la próxima herramienta antifragmentación.
El dólar retrocedió ligeramente la semana pasada desde sus máximos de varios años. Parece que son tres los factores que pesan sobre el dólar. En primer lugar, el retroceso de los rendimientos estadounidenses, ya que los mercados consideran cada vez más inverosímil descontar más subidas por parte de la Fed en el corto plazo. En segundo lugar, el repunte general del sentimiento de riesgo, que ahora es claramente negativo para una divisa refugio como el dólar.
Por último, los traders parecen estar cada vez más largos en las posiciones de dólares, ya que parece existir casi un consenso para un dólar más fuerte, lo que dificulta que el dólar siga subiendo y convierte los retrocesos leves en ventas stop loss. Se trata de un tipo de orden condicionada, que ejecuta la venta de un determinado activo si su precio desciende por debajo del límite marcado. La publicación el viernes del informe de inflación en la Eurozona podría dar lugar a una fuerte caída del dólar.
La inflación de mayo en Reino Unido alcanzó otro récord de varias décadas, aunque el índice subyacente (que excluye los componentes más volátiles de los alimentos y la energía) proporcionó un tenue resquicio de esperanza, ya que se situó por debajo de las expectativas, justo por debajo del 6%. Sin embargo, la libra esterlina sigue cotizando en línea con los activos de riesgo, y la semana pasada se benefició de la recuperación de las bolsas mundiales.
Esta semana prestaremos atención a los datos sobre el crédito al consumo: nuestra opinión de que los consumidores resisten a la reducción de los ingresos reales recurriendo a los ahorros acumulados durante la pandemia se pondrá a prueba.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury