MURCIA. La organización agraria Asaja-Alicante ha observado cómo desde principios de agosto se están secando a un ritmo acelerado multitud de limoneros menores de cuatro años que sufrieron las inundaciones de la DANA de septiembre del pasado año en la comarca de la Vega Baja.
Asaja admite que es difícil cuantificar el volumen de limoneros afectados, si bien sus técnicos calculan que están afectados un 20% de los huertos de la Vega y casi el 100% de las plantaciones jóvenes están muriendo. La merma de la cosecha puede alcanzar hasta un 30%.
“Un día están bien y, al siguiente, sorpresa, varios de los limoneros de la finca empiezan a amarillear. Siete o diez días después están completamente secos, insalvables. Es como una mancha de aceite que los va matando y se extiende sin aparente control”, manifiesta Eladio Aniorte, presidente de Asaja Alicante y productor de cítricos en la comarca. Se trataría de los efectos de la DANA que asoló Murcia y Alicante en septiembre de 2019 inundando huertos y campos, dejando muchos de ellos bajo el agua durante varios días. “La magnitud de la catástrofe se aprecia ahora, cuando 365 días después, continuamos sufriendo sus efectos”.
La causa de la muerte de los árboles es la asfixia de sus raíces como consecuencia directa de la sobreinundación y estancamiento del agua que recibieron. “El problema es que la 'rebarba', que es la primera raíz del árbol, a través de la que se alimenta, se ha muerto. Esto ha aflorado ahora porque en invierno no transpiraban y aguantaban. El daño estaba enmascarado. Con la llegada del calor, cuando la raíz necesita transpirar y empezar a absorber agua y comida, se ha deshidratado y los árboles han comenzado a secarse en cascada”, explica Aniorte que alerta de que “casi el 100% de las plantaciones jóvenes están muriendo, en mayor o menor grado, pero todas están afectadas. El problema es que algunas serán inviables, pues van a morir el 80% de sus árboles. Solo se podrán recuperar aquellas en las que se sequen menos del 30% de los ejemplares”, señala Aniorte.