CARTAGENA. El crecimiento en el movimiento de granel sólido está cerca de alcanzar el techo en el Puerto de Cartagena. Conscientes de la situación desde hace años, existen varios proyectos de ampliación de las instalaciones portuarias en la ciudad con el fin de no perder el tren de cabeza de los Puertos españoles.
En el año que acaba de finalizar, los graneles sólidos han supuesto en gran impulso en el tráfico de mercancías con una previsión de más de 8,5 millones de toneladas, un millón más que en 2022 que fue el mejor año de la historia en el movimiento de graneles sólidos. Varios son los motivos como ha explicado el vicepresidente. Se han incrementado los tráficos clásicos del puerto como el carbón o el cereal, donde se han convertido en la puerta de entrada del sureste español de esta materia prima, con una clara ventaja que los sitúa como segundo puerto español. Y, por otro lado, demuestra que los esfuerzos de la Autoridad Portuaria y de los operadores logísticos para diversificar tráficos y no depende solo del petróleo y sus derivados fue un camino acertado, como el tráfico de ganado vivo, aerogeneradores, chatarra, sal común, azúcar, etc...
Pero estos datos positivos podrían dejar de serlo si llegan a 'colapsar' las instalaciones que la APC dedica a este tipo de tráfico por falta de espacio. Así lo han advertido desde la propia Autoridad Portuaria, que reclaman agilidad administrativa en los proyectos que están en marcha, como Barlomar o El Gorguel. Recordemos que el proyecto de Barlomar contará con tres zonas de actividad a lo largo de 1.420 metros de longitud, estará dotada con dos nuevos muelles con un calado de 34 metros de profundidad y le ganará al mar 58 hectáreas de superficie. Aseguran los dirigentes del ente portuario que Barlomar permitirá al Puerto de Cartagena seguir creciendo en su actividad con las mercancías. Por un lado, entrará en el top diez de los puertos españoles en el tráfico de mercancías en contenedores, multiplicando por diez la capacidad de gestionar contenedores (TEU's) y superará un millón de TEU's con una terminal de contenedores automatizada y ecoeficiente de más de 51 hectáreas que acogerá a los portacontenedores más grandes del mundo.
Mientras que los trámites llegan a su fin y el Puerto encuentra financiación público-privada para llevarlos a cabo, no cabe otro recurso que buscar fórmulas que permitan la optimización de los espacios actuales "porque corremos el riesgo de crear una congestión", aclaraba el vicepresidente de la APC, Pedro Pablo Hernández, semanas atrás. "Llegará un momento en el que o tenemos más espacio o no vamos a poder trabajar", subrayó Hernández, quien recordó que hace unos años ya se puso en marcha un plan similar que se volverá a retomar ante la necesidad de sitio.
De esta manera, el director general de la APC, José María Fuster, ya se ha puesto manos a la obra aportando nuevas propuestas para que la actividad portuaria no se retrase, pero ¿cómo? Pues con la reorganización del tráfico de las navieras, cambiando los horarios de carga y descarga, utilizando los fines de semana y las noches para que no se produzca un atasco y las navieras sufran retrasos a la hora de cargar o descargar sus mercancías. Con este proyecto se conseguiría un margen de mejora entre un 15% y un 20% en cuanto al espacio y trabajo actual.
Recordemos que cada día que un barco debe permanecer atracado en las inmediaciones de la bahía de Cartagena a la espera de encontrar un turno para poder desembarcar o embarcar el material supone a las navieras entre 30.000 y 60.000 euros de gastos, por lo que no es posible dilatar demasiado tiempo la carga y estiba de los mismos, ya que las empresas preferirán otros puertos más rápidos y ágiles en estos menesteres.
"Los retos del 2024 van al hilo del crecimiento. Nos hemos puesto manos a la obra para dar un nuevo giro de tuerca y ganar algo más de actividad en cuanto a la gestión de espacios y horarios, mientras no tenemos los proyectos que nos harán crecer en capacidad y volumen", añadía Pedro Pablo Hernández.