CARTAGENA. El edificio Lagomar -en La Manga- encamina sus pasos a una demolición que no tardará en producirse, después de que su dueño, Intramanga Turística, haya presentado al Ayuntamiento de San Javier, el proyecto de derribo. El heredero de Tomás Maestre, quien fuera artífice de este ‘monstruo’ en forma de edificio que afea desde hace décadas la Gran Vía de La Manga, ha tomado la decisión definitiva de derruirlo y, a punto de ser historia, los terrenos han levantado el interés de diferentes cadenas hoteleras para adquirirlos y establecer otro nuevo negocio hotelero, que pueda ser uno de los referentes de esta zona.
Al ser un suelo hotelero, tras demolerlo, ocupará una superficie mayor a los 20.000 metros cuadrados. Si bien hay que respetar los deslindes del dominio público marítimo-terrestre y la banda de afección de la ampliación de la Gran Vía, hay una gran parcela hotelera para desarrollar un proyecto turístico, que estaría pegado junto a otro establecimiento de grandes dimensiones como el Roc Doblemar. "Tendríamos un núcleo importante a nivel de oferta alojativa", añadía el concejal de Turismo de San Javier, Antonio Marcelo Martínez Torrecillas.
Los primeros que han mostrado su interés para convertir este ‘dinosaurio’ en un nuevo hotel son sus propios vecinos, la cadena hotelera Roc. Y es que representantes de la mercantil del Roc Doblemar y del dueño del Lagomar han mantenido algunos contactos para valorar una posible compraventa de la parcela. Un proyecto que podría ser una realidad en poco espacio de tiempo. La cadena mallorquina ha mostrado su intención de adquirirla, aunque no son ellos los únicos pretendientes. Hay otras compañías que han visto en esta propiedad una buena oportunidad. "San Javier, en nuestro planeamiento, estipula que esta parcela tiene una calificación hotelera en cuanto a sus usos", subraya el concejal Martínez Torrecillas.
El edificio tiene sobre la mesa una declaración firme de ruina, que se vio reforzada por el análisis estructural que se llevó a cabo a finales del pasado año y en el que se indicaba que, aunque no observa que haya peligro de derrumbe, el edificio está agotado en cuanto a su vida útil. Esto lleva definitivamente a una demolición. De esta manera, desde el Ayuntamiento consideran que una vez que el promotor "ha visto que nos encontramos en la última fase para ordenar la ejecución de la demolición subsidiaria de la infraestructura, fue él quien presentó un proyecto de demolición”.
Los servicios técnicos del ayuntamiento de San Javier estudian dicha propuesta de derribo y en unos días se valorará el informe del arquitecto municipal "que nos dirá si el proyecto obtiene la licencia de forma definitiva para ser derruido".
"Para nosotros, a nivel de administración y después de que el alcalde haya trabajado mucho tiempo en el asunto, la única solución es demoler, porque es una mala imagen para la zona. Tenemos un hotel al lado y sus actuales propietarios han hecho una inversión importante, pero les limita sus ventas al estar al lado de una zona en ruina", explicaba a Murcia Plaza el edil de San Javier.
Según explicaba días atrás La Verdad, el proyecto de demolición que ha presentado el propietario del edificio supondrá una inversión aproximada de 700.000 euros, curiosamente una cantidad muy similar que le exige al Ayuntamiento de San Javier por ocupar este espacio durante estos años. El consistorio, pide, por su parte, al dueño 500.000 euros por recibos de IBI que nunca fueron pagados.
Si hacemos un poco de historia, hay que recordar que Tomás Maestre captó inversores en la década de los setenta para construir dos nuevos hoteles gemelos que se llamarían Lagoymar y el Doblemar, ambos de cuatro estrellas, y que aportarían un total de mil novecientas treinta y ocho camas más.
Pero unos informes solicitados por el propio Maestre demuestran los defectos de construcción de los hoteles gemelos y Tomás Maestre puso en venta ambas construcciones el 30 de octubre de 1975.
Empezó, de esta manera, un largo proceso judicial con Dragados y Construcciones, una de las constructoras del hotel, que duró años y años. Explicaba en un reportaje hace años el diariodelamanga.com que su gemelo "Doblemar supo salir airoso del conflicto transformándose, como ya vimos en otros artículos publicados, en la sede del Casino tras conseguir Tomás Maestre la licencia una vez se legalizó el juego en España convirtiéndolo en un hotel-casino".